Vía Bogotá - Girardot. Foto: Valora AnalitikEl pasado 12 de abril, la Concesión Vía Sumapaz puso en funcionamiento el tercer carril de la vía Bogotá–Girardot, una obra considerada clave para la infraestructura vial del país. El proyecto abarcó una intervención de 120 kilómetros, desde el municipio de Soacha hasta Girardot, con el objetivo de mejorar la movilidad y reducir los tiempos de desplazamiento en este importante corredor.La obra incluyó la construcción de un tercer carril en puntos estratégicos, priorizando los tramos con mayor congestión vehicular. Con su culminación, la vía entró en una etapa de verificación y ajustes técnicos destinada a optimizar su funcionamiento y garantizar condiciones adecuadas para los conductores que transitan por la zona.Fabian Lacouture, director técnico de la Concesión Vía Sumapaz, explicó en entrevista con Valora Analitik los alcances del proyecto y los beneficios para los usuarios. Señaló que el corredor está dividido en ocho unidades funcionales que fueron entregadas de manera progresiva:“A medida que íbamos terminando las unidades funcionales, las poníamos a disposición de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Esto significa que notificábamos a la ANI que habíamos concluido las obras comprometidas, para que, junto con la interventoría, verificaran el cumplimiento de las especificaciones técnicas, la ejecución completa de las obras y los indicadores establecidos en el contrato de concesión”, detalló.Durante este proceso, los equipos de supervisión formulan observaciones que abarcan aspectos técnicos, estructurales y de señalización. Estas deben ser atendidas por la concesión mediante intervenciones específicas, como reparaciones o ajustes en determinados puntos de la vía.Lacouture indicó que, aunque la construcción principal ya finalizó, las actividades de verificación y mantenimiento pueden implicar restricciones temporales:“Cualquier intervención que realicemos, por seguridad de nuestros colaboradores y de los usuarios, requiere restricción de carril. Por eso, aunque la construcción terminó, entre semana los conductores pueden encontrar cierres parciales en varios tramos”.El funcionario enfatizó que, tras concluir una obra de esta magnitud, el mantenimiento es una obligación permanente, por tanto, “debemos asegurarnos de que la vía se mantenga en las mismas condiciones en las que se entregó. Esto implica realizar trabajos preventivos y correctivos de forma periódica”.Vía Bogotá-Girardot. Imagen: cortesía Vía Sumapaz.¿Cómo se manejan los procesos de verificación de la vía Bogotá – Girardot cuándo hay alto flujo vehicular?Respecto a los periodos de alta afluencia, como los puentes festivos, Lacouture señaló que la concesión ajusta su programación para reducir al mínimo las restricciones:“Generalmente realizamos las verificaciones entre semana, cuando el flujo vehicular es menor. En fechas de alta demanda disminuimos hasta en un 90 % las restricciones, y nos aseguramos de que no se realicen cierres en el sentido del éxodo o del retorno. Queremos dar tranquilidad a los usuarios: en los puentes festivos pueden transitar sin congestiones provocadas por nuestras obras”.Vía Bogotá – Girardot Foto: Vía Sumapaz¿De cuánto es la reducción de tiempo en la vía Bogotá – Girardot con el tercer carril?Uno de los beneficios más esperados del proyecto es la reducción de los tiempos de desplazamiento. Según Lacouture, el corredor, incluyendo las variantes de Fusagasugá (sur), Melgar y San Rafael El Paso, suma aproximadamente 145 kilómetros. Sin embargo, el trazado principal, que es el que fue intervenido, corresponde a 120 kilómetros.“Si se recorre a una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora —aunque en ciertos tramos es posible circular de forma segura a 70 u 80—, el trayecto completo puede realizarse en un máximo de dos horas. Esto no incluye el tiempo de salida desde Bogotá, que suele ser más complejo”, precisó.Recomendado: Inesperado cambio en la vía Bogotá – Girardot beneficiará a conductores: Mejorará la movilidadLa ampliación a tres carriles en los tramos críticos busca no solo agilizar los desplazamientos, sino también mejorar la seguridad vial. Con mayor capacidad, se espera reducir los puntos de embotellamiento, disminuir la probabilidad de accidentes por maniobras de adelantamiento en espacios reducidos y optimizar la experiencia de viaje tanto para vehículos particulares como para el transporte de carga.