Esta es la mina de oro más grande del mundo: fue descubierta recientemente por la Nasa

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Desde hace miles de años, el oro ha sido mucho más que un simple metal. Ha marcado la historia de imperios, impulsado exploraciones y alimentado leyendas. Su brillo inconfundible, su maleabilidad para convertirse en joyas o monedas, y su resistencia al paso del tiempo lo convirtieron en un símbolo universal de riqueza, prestigio y poder. Por él se han librado guerras, se han emprendido viajes a lo desconocido y se han construido fortunas.Pero el último gran hallazgo relacionado con el oro no ocurrió en una mina ni en una remota cordillera, sino en el mar. La Nasa reveló que los océanos del planeta esconden más de 20 millones de toneladas de oro disuelto. La cifra suena a un sueño para cualquier buscador de tesoros, pero hay un gran 'pero': cada litro de agua contiene solo unos 0,00000005 gramos de oro.En otras palabras, la mayor reserva conocida de este metal precioso no está escondida en vetas concentradas o pepitas visibles, sino repartida de forma casi imperceptible en cada gota de agua salada. Esto cambia por completo el panorama: la minería tradicional no sirve, y extraerlo se convierte en un reto monumental.(Le puede interesar: Ingreso por remesas a Colombia es equiparable con las ventas externas de petróleo).Calentamiento de océanoIstockHasta ahora, las tecnologías para recuperar metales del agua de mar no han logrado ser lo bastante eficientes ni rentables. Habría que procesar volúmenes gigantescos de agua para obtener cantidades minúsculas de oro. Algunos científicos proponen soluciones futuristas, como nanofiltros ultrafinos o procesos químicos de altísima precisión, que podrían atrapar las partículas sin dañar los ecosistemas marinos. Sin embargo, esas ideas todavía están en fase experimental y tienen costes astronómicos.(Siga leyendo: El narcotráfico estaría redibujando el mapa de riesgos para invertir en Colombia).Y aunque la tecnología llegara a hacerlo posible, queda otro gran obstáculo: el impacto ambiental. La experiencia con la minería submarina no deja un historial alentador. En lugares como Papúa Nueva Guinea, la extracción de minerales del fondo marino ha provocado daños irreversibles en hábitats marinos y en la biodiversidad. Tocar el equilibrio del océano, un ecosistema vital para la vida en la Tierra, puede traer consecuencias imprevisibles.Mina de oroiStock(Más: La Opep+ aumenta su oferta de crudo en 547.000 barriles diarios a partir de septiembre).Así que, por ahora, este 'tesoro' sigue guardado en su caja fuerte natural: los océanos. La pregunta que queda en el aire es si, en un futuro, la humanidad encontrará una forma de aprovecharlo sin poner en riesgo la salud de los mares.PORTAFOLIO