Francisco Arquillo y su hijo David, responsables de la intervención que su equipo, conformado por seis profesionales, realizó a la Macarena entre el 16 y el 20 de junio, salieron de la basílica a eso de las tres de la madrugada del sábado 21 de junio y regresaron a la misma a la una de la tarde para cambiarle las pestañas después de que estallara la crisis por el cambio de aspecto de la imagen. El profesor expone a ABC cómo fueron aquellas horas de máxima tensión, así como nuevos detalles sobre los trabajos acometidos sobre la Virgen de la Esperanza. -Tanto el IAPH como Pedro Manzano y otros expertos en la materia señalan la importancia de que una comisión... Ver Más