Las muertes en las carreteras de Costa de Marfil no son accidentes inevitables ni designios divinos. Hay formas reales en las que conductores, pasajeros, peatones y el Estado pueden reducir las miles de víctimas fatales y heridos que dejan los siniestros viales ―el término sugerido por la Organización Mundial de la Salud, OMS, para referirse a los accidentes de carretera― en el país africano. “No hay amuleto que nos vaya a salvar, ni Dios ha decidido que los africanos mueran en incidentes de circulación en este continente que tiene algo más del 2% del parque automotor mundial, pero que mata más que el resto de coches del mundo”. Así es como el ministro de Transportes, el geógrafo Amadou Koné, se dirigió a un panel dedicado a los siniestros viales en el marco de la 17º edición del Festival de Músicas Urbanas de Anoumabo (FEMUA), en Abiyán, celebrado entre el 15 y el 20 de abril pasado.Seguir leyendo