Ninguna comunidad aplica la ley de 2024 que daría a los bomberos forestales unas condiciones dignas

Wait 5 sec.

Peón forestal, conductor de apoyo a la extinción o incluso agentes de jardinería. Son los oficios que aparecen en los contratos de cientos—si no miles— de los bomberos forestales que estos días duplican y triplican turnos para apagar las llamas por todo el país. Con salarios que en muchos casos oscilan entre los 1.100 y los 1.400 euros se juegan la vida o se exponen a riesgos que pueden matarlos o invalidarlos en el futuro, como la inhalación de humo y tóxicos, las lesiones de espalda o el contacto con materiales carcinógenos que se encuentran incluso dentro de su propio traje.Hace casi un año, el 8 de noviembre de 2024, entró en vigor una ley pionera en España que garantiza unas condiciones mínimas a los bomberos forestales, como que su categoría profesional sea la de bombero forestal y no otra peor pagada. Entre otras medidas, el estatuto también garantiza los coeficientes reductores —que ya tienen los bomberos convencionales— para adelantar la jubilación por tratarse de una profesión de riesgo.El problema es que son ahora las comunidades autónomas las que deben garantizar que sus bomberos forestales funcionarios —o los subcontratados a empresas privadas— accedan a los beneficios de esta ley, y el plazo máximo para hacerlo es el 8 de noviembre de 2025. Sin embargo, nueve meses después de su aprobación, ninguna autonomía ha implementado las principales mejoras y es posible que el proceso se alargue incluso hasta 2027, según Francisco Javier García, portavoz de UGT de bomberos forestales y bombero BRIF en Ávila."A día de hoy no tenemos constancia de que ninguna comunidad autónoma haya incorporado en sus licitaciones las nuevas condiciones de la ley 5/2024. Mi esperanza es que lo hagan en el último minuto, dentro de tres meses, pero hay una disposición del año 1997 que recoge que los contratos con administraciones públicas no se pueden modificar, y algunas licitaciones firmadas se van más allá de noviembre", explica el sindicalista. García también puntualiza que la ley contempla que un contrato público se puede extender dos años más tras su finalización, "por lo que habrá gente que no mejorará sus condiciones hasta tres años después" del estatuto de 2024.Los ayuntamientos que tienen su cuerpo de bomberos también tienen que adaptarse y cumplir con los nuevos requisitos. El Ministerio de Transición Ecológica es el responsable de las BRIF —un cuerpo aerotransportado que apoya a las comunidades que soliciten ayuda— tampoco ha hecho su parte porque las brigadas están subcontratadas a Tragsa y esta se niega a implementar las nuevas condiciones, según explica a infoLibre uno de los bomberos de este cuerpo. Por otro lado está la UME, unos 2.000 miembros dependientes del Ministerio de Defensa, que tiene sus propias condiciones laborales ligadas al Ejército.El caos es mayúsculo porque en la extinción de incendios forestales conviven cuerpos locales, autonómicos y nacionales. Y dentro de ellos trabajan bomberos que son funcionarios, personal laboral y subcontratados a empresas. Estos últimos son los que peores condiciones tienen y además se sienten muchas veces ninguneados pese a que llevan años o incluso décadas apagando fuegos en una misma región. A esto se suma que muchos no están bajo la categoría de bombero forestal, por lo que ni siquiera se sabe cuántos hay en España —se estima que son unos 20.000—, cuántos siniestros laborales sufren al año o quiénes han desarrollado enfermedades profesionales.El salario de los forestales depende de cada comunidad autónoma, pero la mayoría de los consultados hablan de sueldos netos de entre 1.100 y 1.500 euros, bonus incluidos. Los funcionarios, según cuentan, sí que reciben un bonus de unos 1.000 euros por peligrosidad y toxicidad que hacen que el sueldo sea decente, pero el resto se juega la vida por poco más que el salario mínimo.Javier Villanueva, bombero forestal de la Comunidad de Madrid contratado como personal laboral, explica que el 80% de la plantilla gana 1.300 euros, que suben hasta los 1.600 para los ingenieros forestales. Carlos Martín, bombero BRIF en Cuenca, asegura que su cuerpo tiene un sueldo base de unos 22.000 euros brutos al año, unos 1.400 al mes, con un suplemento de 400 euros los meses de extinción y de 160 euros durante el resto. Alfredo Fernández, bombero forestal en Cantabria con categoría de funcionario afirma que ganan a partir de los 1.700 euros.La temporalidad es otro de los problemas que arrastra la profesión porque tradicionalmente era un oficio de verano, pero el cambio climático y el abandono rural obligan a intensificar las tareas de prevención y a contratar a los bomberos durante todo el año. Pero para ahorrar costes, tanto el personal laboral como los subcontratados a menudo trabajan durante cuatro, seis meses u ocho meses. Alfonso Ferrero es bombero de la Comunidad de Madrid con su oposición aprobada, pero al ser personal laboral solo tiene trabajo durante seis meses al año. "¿Y el resto del año qué hago? Pues me busco la vida. Trabajo en podas y talas de altura, doy formaciones de riesgos laborales… lo que encuentro", dice. Añade que algunos compañeros se han ido a Andalucía o a la Comunitat Valenciana porque el sueldo y la temporalidad hacen imposible vivir en Madrid. De hecho, en esta región hay más de 30 puestos vacantes en la subcontrata con Tragsa por falta de aspirantes.Trabajar para las BRIF del Ministerio de Transición Ecológica tampoco es garantía de un puesto de calidad, pese a que la vicepresidenta Sara Aagesen, la titular de esta cartera, dijo este miércoles que los bomberos forestales deben ser un cuerpo bien dotado y preparado. "Hago un llamamiento a que las comunidades hagan la apuesta que hemos hecho en el ministerio de profesionalización. Que puedan trabajar todo el año con las capacidades necesarias", pidió desde Cádiz la ministra.Carlos Martín, bombero BRIF en Cuenca, está contratado por la empresa pública Tragsa y trabaja para este ministerio. Explica que con el cambio de Gobierno de 2019 lograron que su categoría profesional sea la de bombero forestal, aunque todavía hoy no tienen acceso a muchas de las mejoras incluidas en la ley del año pasado, como la sobrecotización de la empresa para poder jubilarse antes en el futuro, el plan de prevención de riesgos laborales o la garantía de tiempos de trabajo adecuados."Cada paso que avanzamos nos lleva sudor. Es paradójico porque la ley es de Transición Ecológica pero su propio dispositivo, al estar subrogado a Tragsa, no los aplica", resume el profesional, que es también el portavoz de bomberos forestales del sindicato CCOO. "Estamos expuestos al 90-95% de los riesgos laborales recogidos en la ley. Hay ciertas maneras de compensarlo", añade.El estatuto del bombero forestal, aprobado el pasado noviembre, obliga además a que los profesionales lesionados o de avanzada edad tengan puestos acordes a su situación para evitar bomberos en primera línea con 60 años y más, como se ha llegado a denunciar. El texto también reclama al Ministerio de Transición Ecológica y a las comunidades autónomas que "procuren impulsar" que todos sus bomberos forestales tengan acceso a pluses por peligrosidad, toxicidad, penosidad, etcétera. Y compromete al Gobierno a crear una comisión para impulsar la evaluación y el reconocimiento de enfermedades profesionales.Partiendo de estas lamentables condiciones, en algunos puntos de España la temporada salvaje de incendios ha llegado en plena huelga. Las habían programado en estas fechas para que su reivindicación sea lo más provocadora posible, aunque los profesionales explican que no es fácil manifestarse en estas condiciones.En Madrid, los forestales tienen convocado un parón del 15 de julio al 15 de agosto y a falta de un día para su finalización, ni la Comunidad ni Tragsa se ha reunido con ellos. "No es agradable y te duele no ayudar a tus compañeros porque cae mucho más trabajo sobre el resto, pero no nos han dado otra opción; llevábamos avisando meses", lamenta el bombero Javier Villanueva. En todo caso, subraya, tienen unos servicios mínimos del 80%.En la Comunitat Valenciana también hay estos días una huelga convocada por los salarios de algunos trabajadores de apenas 1.000 euros, y hasta tres bases estuvieron cerradas este miércoles por la negativa de los profesionales doblar turnos.