Las apps de citas han transformado la forma en que las personas se conocen. Pero en los últimos meses, una nueva tendencia está generando un cambio aún más profundo (y polémico): el uso de inteligencia artificial para redactar mensajes, mejorar perfiles e incluso simular conversaciones enteras antes de una primera cita.Lo que parecía ser una ayuda puntual para romper el hielo está dando paso a dinámicas donde cada vez es más difícil saber quién está realmente detrás del chat. Y en un entorno ya marcado por la superficialidad y la sobreexposición, la llegada de la IA plantea nuevas preguntas sobre autenticidad, conexión y confianza.Cuando el mensaje perfecto suena demasiado perfectoMuchas personas que usan apps de citas están empezando a notar patrones inusuales: respuestas extensas, perfectamente estructuradas, con referencias precisas a conversaciones pasadas y un tono que parece salido de una novela romántica. Todo eso antes de siquiera verse en persona.El contraste entre lo que se lee en el chat y lo que se vive en la cita física es, a veces, tan fuerte que genera dudas: ¿realmente estuve hablando con esa persona o fue una versión suya asistida por IA?Herramientas como ChatGPT permiten generar respuestas atractivas, emocionalmente inteligentes y adaptadas al contexto. Y si bien pueden ser un salvavidas para quienes se sienten inseguros al escribir, también pueden crear una falsa ilusión de intimidad.¿Cómo se está usando la IA en el mundo de las citas?Las posibilidades son amplias. Algunas personas usan inteligencia artificial en las apps de citas para:Mejorar sus biografías y respuestas a preguntas del perfil.Obtener sugerencias sobre cómo iniciar una conversación.Redactar mensajes enteros para sonar más interesantes, ingeniosos o empáticos.Simular diálogos para practicar situaciones como una cita o una interacción incómoda.Además, algunas plataformas están empezando a integrar estas funciones dentro de sus propias apps. Por ejemplo:Revisión automática de mensajes antes de enviarlos, para evitar contenido ofensivo o inapropiado.Análisis de fotos y textos del perfil con sugerencias para optimizar la presentación.Herramientas de “entrenamiento emocional” basadas en simulaciones con bots conversacionales.Esto abre la puerta a una experiencia donde el usuario no solo elige con quién hablar, sino también con qué ayuda hacerlo.¿Una mejora en la experiencia o una barrera emocional?El gran dilema está en cómo se percibe esta ayuda tecnológica. Para algunas personas, es simplemente una forma de potenciar su lado más atractivo. No se trata de fingir, dicen, sino de amplificar su personalidad y evitar errores que puedan sabotear una posible conexión.Sin embargo, otros usuarios empiezan a sentirse inseguros. Si la otra persona está usando IA para parecer más divertida, dulce o profunda, ¿con quién se está generando el vínculo? ¿Con una persona o con una interfaz bien entrenada?Y si uno decide mostrarse auténtico, sin filtros ni ayudas, ¿está en desventaja frente a quienes optimizan cada palabra con ayuda de algoritmos?Por qué las empresas están apostando por la inteligencia artificialDesde el punto de vista empresarial, la integración de IA en las aplicaciones de citas tiene todo el sentido. Las compañías que operan estas plataformas obtienen ingresos principalmente a través de suscripciones y funciones premium. Cuanto más tiempo permanezca un usuario en la app y más resultados perciba, más dispuesto estará a pagar.Las funciones basadas en inteligencia artificial prometen:Mejorar la calidad de los matches.Reducir la frustración causada por rechazos o malas conversaciones.Aumentar el nivel de interacción entre usuarios.Promover una imagen de modernización e innovación.Incluso hay modelos de negocio emergentes que podrían llevar estas herramientas a zonas premium: acceso a asistentes personalizados de IA, recomendaciones exclusivas o filtros basados en análisis de comportamiento.El lado humano: frustración, dudas y desgaste emocionalAunque la tecnología puede hacer que las interacciones sean más fluidas, no necesariamente las hace más humanas. El uso extendido de IA puede generar efectos secundarios como:Dificultad para distinguir autenticidad de optimización.Expectativas irreales antes de una cita presencial.Fatiga emocional al sentir que se está compitiendo con versiones mejoradas artificialmente.Mayor desapego y desconfianza generalizada en las interacciones digitales.A esto se suma un problema que ya existía: la lógica de “infinita elección” que muchas apps promueven. Cada vez que se desliza hacia la derecha, parece haber alguien más guapo, más interesante o más carismático al alcance de un clic. La gamificación de las citas online convierte las relaciones en un juego de opciones que, muchas veces, impide profundizar en una sola conexión.¿Qué nos espera en el futuro de las citas digitales?Las apps de citas seguirán existiendo. La tecnología no va a desaparecer, y la inteligencia artificial será parte integral de su evolución. Pero todo apunta a que también habrá una respuesta por parte de los usuarios.Ya hay señales de un regreso al contacto humano: eventos presenciales organizados por apps, grupos que promueven encuentros reales y comunidades que priorizan la conversación cara a cara sin pantallas de por medio. Incluso algunas plataformas mezclan tecnología y presencialidad, ofreciendo ayuda digital para romper el hielo durante eventos físicos.En el fondo, la necesidad de conexión auténtica sigue intacta. Las herramientas pueden servir de apoyo, pero el corazón de las relaciones humanas sigue siendo —y seguirá siendo— la imperfección, la vulnerabilidad y la espontaneidad. Ninguna IA puede imitar eso por completo.La noticia ¿Estás chateando con una persona o con una IA? fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Juan Diego Polo.