"La arqueología proporciona grandes satisfacciones y también grandes retos"Gonzalo Castro Moreno, 46 años de edad, es un jerezano cuya vocación desde temprana edad fue la arqueología. Descubrir el pasado de Jerez es su pasión desde hace dos décadas. Empezó cuando obtuvo el grado y el doctorado. Su especialidad es la antropología física, es decir, el estudio de los huesos humanos.En ese campo sigue avanzando cada día en una profesión estigmatizada por la ficción cinematográfica que, a su juicio, ha distorsionado la imagen del arqueólogo convirtiéndolo en un aventurero. Nada más alejado de la realidad. El trabajo de campo con la brocha en la mano, la investigación previa y el análisis de lo que se va encontrando es la rutina de una labor que, sin embargo, le proporciona grandes satisfacciones y también retos como seguir desvelando el pasado de la ciudad que se esconde bajo tierra. Que de eso queda mucho por delante. ¿Desde cuándo se dedica a la arqueología?Desde que terminé la carrera universitaria, con la excepción de un breve impasse de un año en otro sector. Desde entonces, he ejercido la arqueología como profesión durante toda mi vida laboral.¿Cómo llegó a este mundo profesional?Se trata de una vocación pura. Me apasionó la carrera desde el principio, y las prácticas que realicé mientras estudiaba fueron determinantes. Desde que me licencié, no he dejado de trabajar en ello. Mi tesis doctoral se centró en la antropología física, concretamente en el estudio de restos óseos.“Este trabajo es vocacional. Tiene que apasionarte”¿Es la arqueología una profesión estable? ¿Se puede vivir de ella?La estabilidad depende de factores externos, especialmente del sector de la construcción. La crisis del ladrillo afectó duramente al oficio, en especial a quienes trabajamos como autónomos. Sin embargo, actualmente la profesión se está recuperando. En mi caso, compagino la arqueología de gestión —vinculada a rehabilitaciones del casco histórico— con la investigación y la docencia.Dos décadas dedicadas a la arqueología. MANU GARCÍA¿Influyen las películas y series en la percepción de la profesión?Creo que la imagen del arqueólogo ha sido distorsionada en muchos casos por la ficción. Aunque destaco una película británica que refleja fielmente el trabajo de campo, reconoce que la mayoría han creado estereotipos perjudiciales.¿Pasa muchas horas con la clásica brocha en la mano?Muchas. No obstante nuestra labor se divide en tres fases: una inicial de investigación previa, otra de excavación y una tercera de gabinete. En esta última, los hallazgos como cerámicas, huesos o metales son analizados, clasificados y datados.“Tenemos tres fases: investigación previa, excavación y trabajo de gabinete”¿Cuáles han sido los trabajos más satisfactorios de su carrera?Tengo dos intervenciones sobre las que guardo un especial cariño. Por un lado, el estudio de la cripta de los López de Carrizosa en San Juan de los Caballeros, aún en curso. Por otro, la excavación en la Casa de la Torre, antiguo patio de abluciones y primer claustro de la iglesia colegial de Jerez. Aunque esta intervención está paralizada, espero que se retome con la rehabilitación del edificio.Gonzalo Castro está especializado en restos óseos. MANU GARCÍA¿Tiene una intervención soñada en mente?Me gustaría continuar con la Casa de la Torre, pero mi gran anhelo es realizar una investigación profunda sobre las criptas de los templos jerezanos. Aunque di unos primeros pasos con la tesis, es un proyecto a medio o largo plazo que aún no se ha desarrollado en la ciudad.“Indiana Jones y similares han desvirtuado nuestra imagen”¿Queda mucho por descubrir en el subsuelo de Jerez?Rotundamente sí. La ciudad y sus alrededores albergan secretos por revelar. En Mesas de Asta se están usando nuevas tecnologías como el georradar, que está siendo empleado por la Universidad de Cádiz. Estas herramientas permitirían investigar, por ejemplo, criptas selladas en el siglo XIX o posibles villas romanas en el entorno urbano.