En aquel día yo responderé —afirma el Señor—; yo le responderé al cielo, y el cielo le responderá a la tierra; la tierra les responderá al cereal, al vino nuevo y al aceite, y éstos le responderán a Jezrel. Yo la sembraré para mí en la tierra; me compadeceré de la «Indigna de compasión», a «Pueblo ajeno» lo llamaré: «Pueblo mío»; y él me dirá: «Mi Dios». Oseas 2:21-23 Señor nuestro Dios, enciende la luz verdadera en nuestra mente y corazón, para que podamos reconocer lo que somos y seamos libres de todo lo falso y deshonesto. Que esta luz de justicia y juicio se extienda por todas las naciones, hasta que nadie use palabras vacías cuando habla de «misericordia» y «verdad». Concede que tu misericordia y tu verdad encuentren la buena tierra y den fruto. Que encontremos una tierra preparada por ti, porque tú nos juzgas y corriges lo malo en nuestra vida terrenal. Te agradecemos porque, aun cuando muchas de nuestras experiencias han sido dolorosas, todavía podemos decir: «¡Sobre cuánta necesidad no ha extendido sus alas para protegernos nuestro Dios misericordioso!». Amén. Artículos recientes de Plough Søren Kierkegaard Ama la persona que ves Ama a las personas a pesar de sus debilidades y sin importar cómo cambian. Leer Elizabeth Hoare Gentileza en la academia En un ambiente despiadado, ¿resulta ingenuo acercarse a sus críticos o incluso a sus estudiantes, con virtudes como la gentileza, la paciencia y la humildad? Leer