La empresa nacional de correos de Rusia, Pochta Rossii, atraviesa una grave crisis que amenaza con dejar sin entregas a miles de personas en las provincias interiores del país. La compañía se enfrenta a una paradoja: las renuncias de sus empleados porque sus salarios no dan para vivir en una Rusia golpeada por la inflación, y la competencia salarial que provoca la industria bélica en plena guerra. Para intentar rentabilizar sus oficinas, miles de ellas cerradas, ha comenzado a colaborar con empresas de venta online, pero ha sido un arma de doble filo: sus empleados han comenzado a renunciar porque la carga de trabajo se ha vuelto insostenible.Seguir leyendo