El Gobierno se ha plantado y se niega a prorrogar la vida de la central de Cofrentes a pesar de la petición de Iberdrola tras la presión de los últimos meses del lobby nuclear y del Partido Popular y Vox. Iberdrola ha condicionado la prórroga que reclama desde octubre la Generalitat Valenciana a una rebaja de impuestos y de la tasa de tratamiento de residuos radiactivos. La compañía pretende extender la vida útil cuatro años, como informó a semana pasada Levante-EMV, con lo que la planta dejaría de operar en 2034 en vez de 2030. Seguir leyendo....