La ministra Margarita Robles será recordada, aparte de por haber sido condenada por purgar a un vicealmirante y por humillar a unas mujeres que ya habían aprobado sus oposiciones de psicología militar (Sentencias del Tribunal Supremo y de la Sala Contenciosa de Madrid), por haber calificado como «elucubraciones» y «espasmos» resoluciones judiciales de jueces prestigiosos. La ministra, que fue magistrada del Tribunal Supremo, dijo que las resoluciones que declararon ilegal el estado de alarma de Sánchez son «elucubraciones», y ahora dice que las instrucciones del juez Peinado son «espasmos». Robles todavía está a tiempo de dimitir por las sentencias de los tatuajes, por las del vicealmirante purgado y por las de la persecución al coronel De los Cobos, que todas las perdió. José Luis Gardón . Madrid Peatonalizar un tramo de la calle San Jacinto fue causa de polémicas y de un rotundo éxito en su resultado a pesar de los excesos de veladores. Hoy se apunta peatonalizar un poco el puente y la polémica renace. Tenemos mucha cultura interiorizada de automóvil y es que con el coche hay que poder llegar a todas partes, lo cual es bastante razonable, pero no necesariamente tener que acortar por cualquier calle. Hay avenidas y rondas que por su anchura, trazado o longitud, son apropiadas para los vehículos, sirvan de ejemplo Pagés del Corro o la Ronda de Triana, abierta en 1992. Sin embargo, muchas de las estrechitas y bellas calles del núcleo de Triana no son apropiadas para los coches aunque éstos las invadan. Son calles en ocasiones convertidas en «plataforma única», sin bordillos ni aceras clásicas, que son acordes para que los automóviles puedan hacernos llegar a cualquier destino, pero que no procede «sacrificarlas» con el paso continuo de vehículos que aprovechan la calle para acortar o para atravesar el arrabal, en lugar de utilizar las avenidas principales. Por concretar una de estas calles, piensen en Rodrigo de Triana, en particular desde el número 30 al 50. Es una calle «plataforma única» con prioridad peatonal con muy escaso tráfico en su arranque porque nace en la parte peatonal de San Jacinto. Pues bien, buena parte de los vehículos que cruzan el puente hacia el trianero Altozano y necesariamente giran a izquierda pueden continuar por calle Betis o Pureza hacia la Plaza de Cuba y la avenida de República Argentina; lo que ocurre es que muchos «acortan» y atraviesan Triana entrando por Fabié hasta Rodrigo de Triana, número 30, y continúan hasta el número 50 de esta calle para girar por la calle Victoria y salir a Pagés del Corro. El resultado es un tráfico continuo por un tramo de calle que no es destino de casi ningún coche de los que la transitan. Bastaría con cambiar el sentido de la circulación de la calle Victoria para que la inmensa mayoría de los coches que «entran» por Fabié dejaran de hacerlo, no hay que prohibir nada, y la mejora para los vecinos, transeúntes y turistas que viven la calle mejoraría sustancialmente. De la Calle Victoria hablamos otro día, con mini-aceras y macro-bordillos, lindando con un colegio, invadida de veladores y soportando el continuo paso de vehículos que hemos señalado anteriormente. Si quieren otro ejemplo trianero parecido, paseen a pie por Antillanos Campos, y sientan la otra derivada mal resuelta de la peatonalización de San Jacinto, y es que los coches circulan rápido y no hay que buscarles atajos por calles estrechas.. José Luis García Ballesteros . Sevilla