El árbitro de fútbol Isidro Díaz de Mera pronuncia el pregón de la Feria y Fiestas de Daimiel

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La plaza de España de Daimiel volvió a vestirse de gala este viernes, con motivo de la cercanía de la Feria y Fiestas en honor a la Virgen de las Cruces, en un acto en el que se entregó la Medalla de Honor de la Ciudad al guitarrista y cantaor flamenco Ricardo Fernández del Moral y en el que el árbitro de fútbol de Primera división Isidro Díaz de Mera Escuderos pronunció el pregón. Además, se coronó a las damas y reinas infantiles y juveniles y cerró la velada la Banda Municipal de Música. El alcalde, Leopoldo Sierra, agradeció a los vecinos la «comprensión, apoyo y confianza depositada» en una gestión de la que hizo balance y donde anunció la inminente climatización del Pabellón de Deportes David Córdoba Ortega y la colocación de graderío en el Pabellón La Espinosa. Asimismo, expresó su deseo de estrenar en 2026 nueva plaza, con mayor belleza y funcionalidad. Tras recibir la Medalla de Honor de la Ciudad, el daimieleño Ricardo Fernández del Moral agarró su guitarra, 'La Contreras', para hacerse con el escenario y el público, que premió con sonoros aplausos su actuación. El cantaor recordó que apenas tenía ocho años cuando su padre le puso por primera vez una guitarra en las manos y «desde entonces la música ha sido mi vida». Dijo Fernández del Moral, que en su día ganó la 'Lámpara Minera' del Festival Internacional del Cante de las Minas , que «hay algo que para mí vale más que cualquier premio: el cariño de mis vecinos en el día a día». «Todos estos gestos de cariño son la prueba de que no camino solo con mi música, mi voz y mi guitarra, sino que estoy acompañado siempre por la fuerza y el respaldo de mi pueblo», señaló. Y se despidió interpretando el fandango ¡Viva Daimiel! Por su parte, Isidro Díaz de Mera Escuderos se presentó como «el hijo de Angelines e Isidro, crecido en el barrio de Las Alcantarillas», recordando que se inició en el arbitraje con 17 años cuando realizó el curso de iniciación. Asimismo, comentó sus vivencias en la Feria y Fiestas, que «siempre he asociado a la palabra 'amigos'» y durante la cual, en el 2006, conoció a la que sería la madre de su hija. «La Feria nos regala momentos que quedan para siempre en el corazón», comentó. Además, afirmó, Daimiel es mucho más que su Feria; es también historia, naturaleza, patrimonio y tradición, con la emotividad y la belleza que genera la Semana Santa.