El próximo gobierno se enfrentará al peor escenario fiscal después de la pandemia, la distorsión macroeconómica se debe a la política fiscal y ante un panorama electoral cercano, tanto este como el próximo año determinarán los desafíos que tendrá que afrontar el país para alcanzar su estabilización.Así lo dice un estudio de la Fundación Innovación para el Desarrollo, en la que participa la economista Saira Samur Pertuz, Máster en Economía, en Administración y finanzas públicas.El trabajo afirma que la leve recuperación económica del país se debe en gran parte a la política monetaria y su flexibilización.Vea más: Aseguran que el Gobierno intentaría sacar el Presupuesto 2026 por decreto“Aunque el aumento del gasto público es importante para el crecimiento, lo que vemos es que su aporte se ha canalizado a través de la nómina estatal, que beneficia las cifras de empleo y favorece el consumo interno. Pero la reactivación estructural de la economía, vista desde cómo transitamos hacia su crecimiento potencial, es un sueño aún lejano”, dice el estudio.Además, señala que los sectores más determinantes e intensivos en capital no solo tienen un crecimiento lento, también incierto, explicado en parte por los resultados mixtos de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), los desequilibrios externos y una menor inversión pública.Advierte que, mientras la inflación mantenga su tendencia decreciente y el empleo —formal e informal— siga fortaleciéndose, el consumo seguirá jalonando el crecimiento, beneficiando a sectores como el comercio, entretenimiento y servicios financieros. Pero si las tasas de interés disminuyen a un menor ritmo, dichos sectores podrán experimentar una corrección en los resultados esperados.Vea más: Gobierno Nacional asegura que gasto primario del Presupuesto 2026 será más 'moderado'Sobre la crisis fiscal, dice que las presiones para mantener altas las tasas de interés siguen estando latentes, lo que impactaría la recuperación del resto de sectores ante una menor inversión; con ello, las exportaciones mantendrán su débil desempeño y, sumado al aumento en las importaciones, se ampliaría el déficit comercial ante un escenario global menos favorable.Aparte del consumo, la economía se apalanca por mayor gasto público; el sector de administración pública es líder en crecimiento y la mayor inversión —FBKF— fue por obras públicas. Pero esta última se verá doblemente afectada debido a los movimientos del gobierno que ponen en evidencia la falta de claridad sobre las cuentas fiscales y el aumento en la incertidumbre interna, dice el estudio.Vea más: Gobierno asume el control de Drogas La Rebaja tras proceso de extinción de dominioY estima que el crecimiento de este año “estaría más cercano al rango entre 2% y 2,4%, con riesgos a la baja por la incertidumbre comercial externa. Pero el crecimiento de largo plazo es una gran incógnita”.Así mismo, “el costo de financiamiento del Gobierno Central seguiría alto, presionando el riesgo país y configurando señales negativas para la inversión. El retorno de la deuda hacia el ancla es incierto, porque dependerá de que el país crezca al 3% en promedio hasta 2036”, dice el estudio.Además, asegura que la distorsión macroeconómica “provocada por la política fiscal borraría las señales de recuperación económica, con mayores desafíos para 2026”.Vea más: Gobierno Nacional asegura que gasto primario del Presupuesto 2026 será más 'moderado'Los problemas con los que empezará el 2026 van desde “menores ingresos hasta una pérdida de calificación crediticia, sumado a que, si la economía cierra el 2025 con un menor crecimiento y con un mayor detrimento fiscal del esperado, tendríamos una mayor devaluación, aumento del riesgo país, menores opciones de financiamiento, sin hablar de las consecuencias en el sector externo y las tasas de interés”.Vea más: Minhacienda defiende la reforma tributaria: ¿por qué la considera necesaria?“El próximo presidente tendrá el gran desafío de corregir los desequilibrios actuales sin mucho espacio para la inversión. Un recorte del gasto público se hace inminente, así como una senda clara de consecución de recursos, donde se garantice que serán destinados a estimular la recuperación sectorial del país y que no seguirán financiando el gasto improductivo”, menciona el estudio.HOLMAN RODRÍGUEZPeriodista de Portafolio