Fue en los primeros días de agosto, que ya va tachando sus últimos amaneceres, cuando Su Santidad se citó delante de más de un millón de jóvenes en la explanada de Tor Vergata, a las afueras de Roma. Allí, en la eucaristía de clausura del Jubileo -nunca cobró mejor sentido esta palabra- de los Jóvenes, hizo un llamamiento a los miles y miles de adolescentes congregados en torno al Señor: «Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Entonces verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor». Y apenas unas semanas después las páginas de este periódico han sido testigos de uno de esos ejemplos de... Ver Más