Oración diaria para el 27 de agosto

Wait 5 sec.

Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme. El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco. No te escondas de mí. Salmo 27:7-9a Te damos gracias, amado Padre que estás en el cielo, por permitir que la luz de tu rostro resplandezca en nuestros corazones. Te suplicamos que consideres nuestro tiempo; que, con tu clara y penetrante mirada, permitas que toda persona sienta que tú la observas, más de lo que pueden entender. Permite que se den cuenta de que un Dios fuerte y Padre poderoso los observa y cuida de ellos. Protégenos en nuestro camino, y permite que tu luz alumbre cada vez con mayor intensidad, para que en todo lo que hacemos tu nombre sea glorificado. Amén.  Artículos recientes de Plough Devan Stahl Un salvador discapacitado Las heridas de un Dios resucitado nos ayudan a convivir con las nuestras. Leer Eugen Jäckh Oraciones a un Dios que se preocupa de nosotros No hay suspiros en las oraciones de C. F. Blumhardt. Reflejan una certeza firme en la victoria de las promesas de Dios. Leer