Mi difunto director del CMU Séneca, Mariano Herrera, fue catedrático de Etnología de la Facultad de Veterinaria de Córdoba. Se dedicaba a estudiar las razas, con especial cariño a las autóctonas. La caprina Florida Sevillana, el caballo marismeño, la oveja lojeña y el perro ratonero bodeguero andaluz eran algunas de sus debilidades, de las cuales la gran raza asnal andaluza le llenaba el alma. Era oriundo de Arahal, y muy cerca tenía núcleos, reservorios genéticos de una de las siete razas asnales ibéricas, siendo la más reconocida.El amor por estos animales llega hasta tal punto, que Antonio llegó a ser inseparable de su pequeña burra, a pesar del conflicto en el que se vio rodeado, donde tuvieron que ser repatriados ambos en un avión Hércules, hasta su Granada natal.Alfredo tiene un santuario de estos todoterrenos equinos. Uno sin hogar fue un reto mayúsculo. Traído en barco desde una isla, se quedó una semana en Puerto para serle entregado, donde los operarios le facilitaban agua y comida. Finalmente, el sentido común hizo que esté con su nueva familia entre alcornoques, encinas y acebuches centenarios.Mi padre recibió uno en herencia, paseando a mis hijos, en una parcela cuya predilección alimenticia eran los cardos borriqueros, que aunque le pinchaban, podían más sus ganas. Asnoterapia, educación ambiental y defensa del ganado extensivo, algunos de sus usos actuales y tradicionales.Su uso silencioso en la defensa de espacios emblemáticos como Doñana, en mantenimiento de fajas preventivas de defensa y cortafuegos, tiene su reconocimiento hasta por la UME, tan sólo necesitan un poco de apoyo al proyecto del Burrito Feliz en Huelva, cuna de Platero y yo.Con un carácter de quejarse poco ante el dolor, junto a su adaptación a terrenos duros, nos ha hecho mucho bien. Aunque muchos montan a caballo, más burros siguen aprovisionado de alimentos, leñas y transporte a la población mundial, especialmente necesitados. Honorables y tanto.