El presidente de los empresarios hosteleros de la provincia de Cádiz desde 1988, Antonio de María Ceballos, abría el debate con o sin intención durante una entrevista telefónica.El veterano representante de los autónomos e industriales que tienen abiertos bares, restaurantes y cafeterías en la provincia lamentaba ante los micrófonos de la Cadena Ser que algunas plazas quedan por cubrir porque las ayudas públicas, pensiones y subvenciones, las pagas o paguitas, desincentivan, desaniman, a los trabajadores.Esos gaditanos que rechazarían los empleos de menor cualificación y salario, siempre según el relato del empresario, prefieren "las ayudas y demás que parece que algunos perciben, según me cuentan. Cuando los empresarios quieren contratar a alguien pregunta cuánto voy a ganar", detalla De María.[articles:340130]Según el antiguo hostelero, a esos aspirantes se les responde que "unos 1.200 euros" mensuales. Los presuntos desempleados rechazan la propuesta porque " tengo una ayuda de tanto más tanto y por 700 ó 600 euros no voy yo a estar todo el verano trabajando", según el empresario.Un camarero, en pleno servicio en Cádiz. REYNAEsta simbólica queja, de mayor calado político y social del que aparenta, llega cuando el sector de la hostelería bate récords de contratación en la provincia. Según el mismo dirigente, "ha generado casi 65.000 empleos más en la provincia en este mes de julio". Aún cree que agosto puede ser mejor. La cifra de contratados, admite, es un récord.En esa situación de prosperidad desconocida, con la hostelería convertida en una potencia dentro de la población activa de la provincia, la patronal lamenta lo que parece ser una incoherencia administrativa: algunos demandantes de empleo lo rechazan porque cobrar ayudas o subsidios resulta más atractivo.Un grupo de trabajadores y autónomos de la hostelería gaditana se suman al debate con los matices que aporta la experiencia personal y el contacto diario con el oficio."Preguntémonos qué estamos ofreciendo"Carmen Adán, propietaria de los exitosos locales La Candela y El Ángelus, con Bacán (San Fernando) cerca de inaugurarse, cree que hay un cambio generacional, sociológico, tras esta queja de la patronal: "Es normal que se haya producido ese cambio. Los chavales que se enfrentan por primera vez a la vida laboral quieren disfrutar de su tiempo"."Este supuesto problema no existía en generaciones pasadas a las que nos enseñaban que el éxito era tener trabajo estable y familia, además necesitábamos trabajar si queríamos darnos ciertos caprichos. La sociedad ha cambiado, debemos aceptarlo. Los jóvenes tienen cubiertas sus necesidades básicas"."Bien en casa, bien con ayudas o pagas, una parte fundamental está cubierta. La sociedad ha cambiado. Ellos, los nuevos trabajadores, quieren disfrutar de la vida y no sacrificarla en un trabajo temporal mal pagado que además ni siquiera cubriría por sí mismo las necesidades de alquiler, coche, comida y ocio".Un establecimiento hostelero de Cádiz, en temporada alta. REYNAPara Carmen Adán, el problema de la falta de mano de obra para cubrir vacantes "Es un problema real, existe y no sé cómo se podría solucionar. La hostelería es un sector que demanda mucho personal en meses contados". Apareció la temporalidad.Otros factores son permanentes: "Al margen de que sean trabajos en los que la capacitación no es necesaria, resulta inconcebible que le plantees a una chica que va a trabajar cuatro meses al año teniendo con un día libre, o ninguno, a la semana echando incontables horas en pleno verano".Del factor desincentivador de las paguitas, duda algo más: "Personas chupópteras de sistema social han existido siempre y existirán, en hostelería y fuera de ella, la clave está en plantearse qué estamos ofreciendo desde la hostelería, en sueldos y en condiciones de vida, si es normal que la gente lo rechace"."Se cobra sin pudor y no llega al empleado"Alberto Iglesias es "orgulloso hijo de hosteleros" pero ahora desarrolla su labor profesional como graduado social. Maneja decenas de nóminas y contratos de trabajadores, "especialmente en hostelería, porque ahora son la mayoría de los empleos".Al leer las palabras de Antonio de María se muestra muy crítico "con las condiciones generales del sector, con el convenio colectivo por ser más concretos. Desde mi experiencia, creo que es muy malo. Contiene apartados esenciales como el cobro por festivos trabajados que la mayoría de empresarios y autónomos o no pueden o no quieren pagar. No es realista"."Que el pago por un festivo sean 60 euros o que el precio de la hora ni llegue a 15 me parece fuera de mercado, fuera de sociedad y de inflación. Algunos días me parece escandaloso. Otro, simplemente corto, malo, poco realista".Para Iglesias, el conflicto de fondo está en el reparto de riqueza, de rentas y ganancias: "La hostelería de Cádiz está trabajando con unos márgenes de beneficio muy altos en muchos casos. Los precios han crecido mucho. Lo que se cobra, cualquiera lo puede comprobar, está disparado. Se cobra sin pudor al cliente pero ese margen no traslada a los trabajadores"."Esas paguitas son cobros legales que alguien percibe porque ha demostrado que tiene derecho. Siempre hubo algún aprovechado pero eso no desacredita el sistema que nos hemos dado"Aunque empresario, defiende el sistema social en España: "Esas ayudas, subvenciones o paguitas son cobros legales, fiscalizados, que alguien percibe porque demostró administrativamente que tiene derecho. Bien porque no tiene empleo o ganó derecho a paro, o una minusvalía o una desventaja social, por edad, por hijos, entorno, lo que sea. Está regulado"."No hay que presentar las paguitas como un dinero que se coje por la cara porque no es así. Son las reglas que nos hemos dado todos para ayudar a los que menos tienen. Que hay abusos y engaños, por supuesto. Siempre los hubo y siempre los habrá pero eso no desacredita el sistema"."Sería como decir que las urgencias hospitalarias son un despilfarro y una estafa porque algunas personas se aprovechan de ellas para recibir atención médica por la vía rápida cuando no la necesitan. Hay que intentar reducir al mínimo los casos de abuso, perseguirlos, pero no presentar las ayudas o las urgencias como un nido de aprovechados".Hay camareros que dicen que está "muy mal pagado" este trabajo. REYNA"La hostelería está mal pagada. Muy mal pagada"Francisco Javier (sin apellido porque teme reproches o represalias en el bar que le contrata ahora) lleva años compaginando trabajos esporádicos en hostelería con otros oficios. Ha pasado por una quincena de locales de Cádiz y asegura que el origen del conflicto, el posible rechazo de empleos, tiene otras causas y no los subsidios:"Lo que yo he conocido es que la hostelería está mal pagada. Muy mal pagada. Te hacen cotizar por 20 horas y trabajas el doble. Pides vacaciones y te responden que haber estudiado. Es cierto que en algunos sitios, en los últimos años, las condiciones van mejorando pero en la mayoría de establecimientos aún son lamentables".El resultado para este camarero (entre otros oficios en hostelería) es que "no hay buenos profesionales. Los camareros no duran demasiado en los trabajos porque siempre aparece algo mejor por poca que sea la mejora, en la hostelería o en otro gremio. De ahí que haya tanta vacante, tanta falta de mano de obra"."Las nuevas generaciones valoran más su tiempo"Toni Fernández reúne dos condiciones especiales para valorar su opinión. Es uno de los más prestigiosos maitres de la provincia y preside la Asociación de Profesionales de Sala, por lo tanto recibe comentarios y situaciones casi a diario.Las dificultades para cubrir las muchas plazas libres en hostelería, con o sin paguitas de por medio, tienen un motivo para él: "Llevo mucho tiempo repitiendo que la dificultad está en la falta de profesionales que hay. Que alguien pregunte cuánto va a ganar en un trabajo me parece bastante lógico. Debe saber qué va a hacer y qué va a cobrar".Toni Fernández, del Grupo Arsenio. REYNA "No creo que ningún abogado, médico, arquitecto, albañil o periodista acceda a un empleo sin saber lo que va a cobrar. Paguitas hay en todos lados, pueden disuadir en hostelería como en construcción y en el personal de los hospitales. Todos conocemos a gente que las prefiere. Es la naturaleza humana, creo"."Paguitas hay en todos lados. Pueden disuadir en hostelería como en construcción y en el personal de los hospitales. Todos conocemos a gente que las prefiere. Es la naturaleza humana"Para Fernández, encontrarse con personas que prefieran un subsidio a un empleo no es habitual: "Hago muchísimas entrevistas de trabajo y no me encuentro con gente así. En cambio sí me encuentro mucha que cambia de trabajo para buscar conciliación familiar y personal, para estar más tiempo con sus hijos, para librar más días, estar con su pareja y poder hacer vida".El presidente de la Asociación de Profesionales de Sala de Cádiz sí detecta "cada vez más gente que prefiere conciliar a ganar más dinero. Tenemos que hacer una lectura de eso. Hay que empezar a considerar el tiempo libre como valor añadido para obtener el servicio de un trabajador"."Cada vez son más los que prefieren un día libre más a la semana que cien euros más al mes. Ves las necesidades de cada uno y valoras quién quiere estar más en casa antes que más dinero en el bolsillo. Es un cambio cultural. Las generaciones nuevas valoran mucho más su tiempo libre y no me parece nada que lamentar"."Al final, es lo que hacemos todos. Trabajar significa cambiar tu tiempo por dinero. Es lo que hacemos todos. Es normal que importen los dos factores del cambio, el tiempo y el dinero. La gente quiere vivir su tiempo, sus momentos, sus historias. Lo veo clarísimo en las entrevistas"."La gente no se corta, ni la más mayor ni la más joven. Y me parece que así debe ser. Te dicen que quieren trabajar pero tal mes tienen un viaje, o un concierto, o que quieren pasar tal semana con sus padres mayores o con sus hijos pequeños, lo que sea"."Me parece una evolución lógica, natural, mientras no haya un abuso, un agravio, todos tenemos derecho a ir a sitios, a vivir. Se trata de tenerlo en cuenta a la hora de contratar, saber que la situación es esta y adaptarse".Un trabajador recoge sillas, durante un servicio. REYNA"El comentario sobre las pagas es peyorativo"M. P. L. tiene un próspero negocio en la ciudad de Cádiz, una taberna de gran éxito. Conoce los dos puntos de vista de la situación. Empezó como camarero contratado, ahora es propietario y tiene a una empleada para las horas de más ajetreo."El comentario sobre las pagas y las paguitas me parece es peyorativo. Me lo parece, la verdad. Es como si señalara. El conflicto está en otro lado. Yo tengo una compañera contratada, que es una profesional magnífica y encantadora, cotiza por 20 horas"."Me haría falta que estuviera 40 pero eso me supondría pagar más de 2.000 euros al mes en seguros sociales. Es una pasada, y me rompe las cuentas, me quedaría sin beneficios, tendría que poner de mi bolsillo"."Lo que hacemos es cumplir esas 20 horas escrupulosamente. Ella está muy contenta, me dice, porque en otros empleos anteriores siempre la engañaban o abusaban, echaba más horas de las que firmaba. Hay de todo, no siempre la culpa es del empresario o el autónomo, también habrá empleados que abusen. Como siempre y en todos los oficios"."Tengo una regla, si me entero, que por mi trabajo me entero mucho, de que un sitio engaña a los empleados, no voy más. Puede ser una tontería pero es lo único que tengo en mi mano. No pagar en esos negocios ni un café y no hacer esas trampas en el mío".Su experiencia sí le dice que es muy difícil encontrar trabajadores para la hostelería en los últimos años: "Para dar con esta mujer que tengo ahora tuve que movilizar a todos mis amigos y familiares. Nadie aparecía, nadie quería, fueron semanas, meses. Tiene su lógica. Es un trabajo muy sacrificado"."Se olvida que trabajamos en los días y las horas de ocio, fiesta y diversión de los demás. Compartir tiempo con tus familiares y tus amigos, disfrutar de cosas sencillas que ves que hacen todos, un fin de semana, un concierto, un viajecito, la playa, ir al fútbol, todo se complica. Tenemos que tenerlo en cuenta para pagar sueldos, antes que hablar y criticar"."El otro día me contaba un chaval taxista, ni 30 años tendría, que gana 50 euros por hacer toda la madrugada de servicio. Creo que los sueldos, los salarios, por hora o jornada, en algunos oficios se ha quedado muy atrás. No trae cuenta y la gente se aparta. Pasa en hostelería y en otros sitios".