Todos viven en Andorra y por eso sabían que Pal no era el coco de la Vuelta, más bien un puerto sencillo, superable para cualquier corredor profesional, de los que se colocan en la sexta etapa casi para que haya fuga a la vista y no se enroque la general. Por esa razón, no había justificación alguna para el hundimiento de Juan Ayuso. Un ciclista que aspira a ser una estrella mundial no puede descolgarse del pelotón de figuras en un puerto con más oxígeno que desnivel cuando quedan 50 corredores en el pelotón.Seguir leyendo....