Un estudio internacional descubrió antiguos lagos ocultos en cráteres volcánicos del Sahara. Alimentados por lluvias procedentes del Mediterráneo, actuaron como refugios climáticos en pleno desierto. Estos hallazgos no solo cambian lo que sabíamos sobre la evolución del clima, sino también sobre las migraciones humanas y el origen de las primeras civilizaciones africanas.