Edición original: Manhunter #1- #30 (DC Comics, 2004)Edición nacional/España: Manhunter 1-10 (Planeta Comic 2004)Guion: Mark AndreykoDibujo: Jimmy Palmiotti, Jesús Saíz, Jae Lee, Javier Pina, Diego Olmos, Fernando Blanco, Brad Walker, Sean PhilipsEntintado: Jimmy Palmiotti, Fernando blanco, Javier PinaColor: Jose Villarrubia, Steve BucelattoTraductor:: Guillermo RuizFormato: Cartoné. 72 páginas. 4,95 €Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación desvela aspectos importantes de la trama. No en vano, se trata de una colección publicada hace 20 años.Abogada blanca soltera busca«Estúpidas leyes»Volvemos retro-reseñar y no es que la actualidad no nos de motivos y lecturas para escribir, pero hace tiempo que teníamos esta obra en la lista de pendientes y creemos que vale la pena dedicarle unos minutos. Publicada en 2004 por DC llegó a los 38 números en USA. Planeta fue la editorial que nos la trajo en tomitos de tres grapas. Publicó diez entregas. 30 números. La colección murió en la orilla.Manhunter es un viejo concepto de DC. Una identidad usada por varios personajes. El original era Dan Richards (Police comics, #8, 1942), un policía convertido en justiciero con un compañero canino-robot llamado Thor. Richards participó en el Escuadrón Estelar y los Luchadores por la Libertad. El segundo fue Paul Kirk (Aventure Comics #58, 1941), un investigador privado que se convirtió en justiciero cuando su amigo fue asesinado. Kirk participó en el Escuadrón Estelar y la O.S.S. El Consejo clonó un ejército basado en Kirk, y un prominente clon de Paul Kirk fundó la Sociedad Secreta de Supervillanos. Mark Shaw (1st Issue Special #5, 1977) era un abogado (como nuestra Kate) que se cansó de los criminales que escapaban de la justicia y recibió un disfraz de la antigua sociedad de los Manhunters. Cazaba criminales disfrazados a cambio de una recompensa. Shaw también participó en los Luchadores de las Sombras y el Escuadrón Suicida.Chase Lawler (Manhunter vol. 2 #0, 1994) era un músico que se convirtió en Manhunter al invocar al Cazador Salvaje para rescatar a su novia. El último clon de Paul Kirk adoptó el nombre de Kirk DePaul (The Power Company: Manhunter #1, 2002) y se convirtió en miembro de la Compañía de Poder.En el cómic que reseñamos tenemos su última encarnación, la de la fiscal de Los ángeles, Kate Spencer. Una mujer blanca, divorciada, adicta a la nicotina, con una moral muy laxa y la mecha muy corta para tolerar la frustración.Obra de autor. Mark Andreyko (Torso) es el guionista único de la serie. En el apartado gráfico tenemos un baile de autores con mayor o menor fortuna. El comienzo con el manchego Jesús Saiz es de lo mejor de la serie (además de las portadas realizadas por diferentes autores como Jae Lee, Sean Philips, Howard Chaykin o Nowlan)La serie se centra en los márgenes del universo DC, abogados, juicios, esbirros de poca monta, agentes especiales, etcétera. Tiene un aire a Gotham Central, en el sentido de que vemos las consecuencias de los grandes eventos, momentos y personajes de la editorial, en un ámbito mucho más cotidiano. Aunque en Manhunter la aventura tiene mucha más acción, superheroismo y humor que Gotham CentralEl primer número es un ejemplo de lo que debe ser el inicio de una serie, presentándonos a los personajes, su entorno, con acción y un ritmo trepidante.Kate pierde un juicio en el que se juzga a Copperhead (impactante su primera aparición con bozal metálico y unos despiadados ojos inyectados en sangre) por unos tremebundos asesinatos más que probados. La fiscal pide la pena capital, pero el agudo abogado defensor del villano consigue un veredicto de no culpable. En el traslado al centro especial en el que será tratado, Copperhead (un villano del fondo de armario de Batman, debutó en The Brave and The Bold en los setenta, por cierto) consigue escapar perpetrando una carnicería. Más allá de la mutilación, el asesinato y el canibalismo, deja irreconocibles a los guardas que lo custodiaban en una amalgama de carne, huesos, sangre y visceras.Kate Spencer se cuela en un almacén de material confiscado y se hace con un traje superpoderoso, unos afilados guanteletes metálicos y una vara de Manhunter.Debuta la nueva heroína/antiheroina para dar caza a Copperhead y ajusticiarlos. Lo mata y lo firma.No entremos en lo ágil y profesional que se ve a Kate enfrentándose a una montaña caníbal de músculos reptilianos, en el poco detenimiento introspectivo que le dedica a robar material de la policía y a las nulas dudas a la hora de matar a Copperhead. La serie es trepidante, descomprimida y muy adictiva. Nos deja con ganas de más acción y pocas de hacernos preguntas. (que suponemos que van a ser respondidas).Este comienzo responde al estilo de la época. Dilemas morales post-11S, descompresión, diálogos desinhibidos, reciclaje de personajes y conceptos añejos de la editorial, cierta cotidianidad y moderno costumbrismo.El primer número también es directo, vehemente y va como un tiro. Sin embargo, se plantean, con mucha naturalidad las principales líneas de la serie que se van a ir abriendo a partir del número dos.Las consecuencias de la muerte de Copperhead, llevan a que el Ladrón de Sombras busque vengarse de Manhunter. Este villano le pone las cosas algo más difíciles. Nuestra heroína no la palma de milagro. Al igual que joven Ramsey, el hijo de Kate, que encuentra la vara del héroe y acaba hospitalizado. Estalla el drama familiar (el otro gran tema de la serie) antes los reproches del exmarido por la dejadez de Kate como madre.Nada más empezar la serie. Nuestra protagonista toca fondo.Conocemos también en este inicio a Dylan Battles, antiguo esbirro de diferentes villanos, con facilidad para los cachivaches tecnológicos y que se encuentra bajo un programa de protección de testigos. Kate se peta la protección de datos y chantajea a Dylan para que sea su “chico del monitor”. El siguiente arco recupera la trama legalista con el juicio al Ladrón de Sombras por el asesinato de Firestorm en Crisis de Identidad (como ejemplo de que esta serie se sitúa en los márgenes y recoge las migajas de la continuidad principal para poner lupa, ampliar y dar detalle). Tenemos un breve cameo de la Liga de la justicia que son citados a declarar. Superman se ve confrontado por su amor a la verdad versus su identidad secreta (otra analogía post-11S) Hawkman da una muestra también de su mano izquierda. Hasta este momento el dibujo ha corrido a cargo de Jesús Saiz. Un autor con un estilo muy enraizado a su época, con ciertas similitudes con Tony Harris, Carlos Pacheco y Bryan Hitch. Línea gruesa, tinta espesa, buen equilibrio entre el realismo, la expresividad y las características del género. Goza de una narrativa muy fluida que permite entender el cómic sin prácticamente leer el texto, por lo que la labor de Andreyko como dialoguista destaca y permite que la trama fluya.En adelante el dibujante titular será Javier Pina, de estilo parecido. Algo tosco al inicio. Mejora mucho cuando el entintado y los acabados los realiza Fernando Blanco.Aparecen más personajes, las tramas de complican, se subvidide el cómic. Andreyko es un maestro del cliffhanger y de enlazar arcos argumentales, de guardarse ases en la manga y proyectarnos al futuro. Esta es un poco marca de la casa de la serie. Poca reflexión, pocos momentos introspectivos y mucha facilidad para lanzarnos a la acción y al siguiente misterio. Anticipa un poco el estilo del actual Joshua Williamson.Sin descanso, entramos en el siguiente arco: Manhunted. Un asesino en serie se dedica a matar a los Manhunters (DC aprovecha para hacer limpieza). Haremos un paseo por la historia de DC y las diferentes encarnaciones de Manhunter con la idea de dar cierta coherencia a la continuidad. Veremos a Dan Richards, a De Paul y a Mark Shaw.Kate cae en la trampa de Mark Shaw, el Manhunter anterior y asesino involuntario. Se integra Cameron Chase como secundaria de la serie. La acción avanza en la línea principal mientras se van activando actos soterrados como el del padre de Kate (que asesinó a su madre), su relación con Ramsey y su ex, y el insidioso Ted Shoemaker periodista fisgabasuras que va uniendo las piezas del puzle. El arco Manhunted se cierra con un final abrupto que entronca con el Proyecto Omac. Kate se atempera y muestra piedad hacia Mark Shaw (cosa que no hemos visto en momentos anteriores). Éste pasa a ser acogido en casa de Dylan y se incorpora en el elenco de la serie para acabar desarrollando un arco propio vinculado a Azrael y a la Orden de San Dumas. Número de respiro con interesante baile de dibujantes (con Rags Morales, Sean Philips y Sadowski entre otros) en el que vemos el origen de las diferentes piezas del outfit de esta Manhunter, con el sugerente título de Vestida para matar. Otra característica de la colección es su guiño al medio audiovisual a través de los títulos de los capítulos (A dos metros bajo tierra, Ley y desorden o el propio Dressed to kill), no en vano estamos en plena Edad de Oro de las series de TV. Empiezan a entrar personajes, las tramas se complican y se enredan. La serie pierde fluidez y da cierta sensación de que hay lago que se nos escapa (quizás por estar en los márgenes). Emerge la línea argumental del padre de Kate, que resultaba ser hijo (además de un asesino con cara de Clint Eastwood) del Átomo original (Al Pratt).La serie pierde fuelle, pero estamos metidos de lleno en ella. Queremos saber somo derivan las historias de algunos personajes. Si Kate responderá por sus crímenes, si Shoemaker va a desvelar la identidad de la heroína…Míster Bones intenta captar a Kate para su causa, que como abogada le toca defender al entrañable Dr. Psycho para entrar (por fin otra vez) en una trama de dilemas morales, con argumento legalista… uno de los aspectos más destacados de la colección.Empieza así la saga Psychobabble. Kate debe resistir la repugnancia que le supone defender a un violador mental como Edgar Cysko. Su desempeño es tan eficiente que el simpático villano está más que contento con ella. Parece que Andreyko nos quiere dejar a las claras todos los inconvenientes de un sistema que “garantiza” una defensa justa. Para conocer mejor los orígenes de su familia Kate pide ayuda al Dr Mid-Nite (testigo fallido de la fiscalía en el caso contra el Dr. Psycho, y es que nuestra Manhunter se sabe los puntos débiles de los héroes). Éste le dice que Al Pratt no es su abuelo pero que ha podido rastrear sus genes hasta su abuela, que no deja de ser Phantom Girl (Sandra Knight). Ésta desvela, de pasada, que tiene un primo en Opal City de nombre Jack…En esta saga también vemos a Shoemaker caer en otra dimensión y volver como una hydra mecánica / enemigo de Flash perdido en el tiempo, Kilg%re.La línea argumental de Shoemaker termina de forma abrupta también. Algo decepcionante con lo que prometía la trama sobre prensa del corazón/sucesos/superhéroes con un periodista que literalmente se sumerge en la basura para obtener noticias. La critica a la prensa es un tema recurrente en estos tebeos.Finaliza el juicio del Dr Psycho. Justo antes de que el jurado de su veredicto, el villano se libera y toma como rehenes a los presentes en la sala. En este número vemos la capacidad de generar peligro y el impacto a los ciudadanos de a pie. La cosa acaba bien. Vemos a Kate leer el veredicto del jurado: no culpable. Soy buena, piensa. Tenemos otra pulla al sistema judicial: los peores engendros pueden quedar libres. No hay justicia, todo está a merced de la arbitrariedad, la habilidad de los letrados y el criterio del jurado.Entramos de lleno en la que será la última saga de la serie publicada por Planeta. Wonder Woman recurre a Kate para contratar sus servicios como abogada. Aquí la serie vuelve a contactar de lleno con la continuidad dura de DC, en este caso con el evento Crisis Final. Regresa para pasmo de todos Blue Beetle, recordemos que fue asesinado por Maxwell Lord. Wonder Woman debe afrontar el juicio por el asesinato de Maxwell Lord. Aparecen en la serie Batman, Superman y la propia Diana. Estos números son el pico de la trama judicial-superheroica que tanto caracterizan a la colección, y que en algunos aspectos suponen sus mejores momentos. El papel de Kate no es fácil ya que la defensa de Diana implica involucrar a Superman, algo que la amazona no está dispuesta a aceptar. Asistimos otra vez a los superhéroes sobrevolar el sistema legal y judicial como figuras más allá de toda humanidad. Algo muy característico de esta época. Recordemos que Manhunter es coetánea de Crisis de Identidad. Para ir cerrando, Blue Beetle no es el auténtico (como sopechábamos), se trata de Everyman. Wonder Woman queda libre. DC le da a Manhunter la clave de uno de los elementos más importantes de esos años: la verdad sobre la muerte de Maxwell Lord.La relevación, impacto y calidad de estos números pierden fuelle debido a un dibujo funcional, algo tosco que no le dan el empaque a los personajes que merecen. La aparición de Diana en el inicio de este último arco, sugiere una presencia metahumana llena de carisma y magnetismo, algo que no transmite el dibujo y que debe ser subrayado por el guion de Andreyko que parece algo forzado.En estos números al cómic se divide en otras dos líneas: la de Dylan y la de Mark Shaw. Ambas quedan abiertas y sin resolver por la finalización abrupta de Planeta. Si bien argumentalmente nos quedamos en todo lo alto (acaba con un cliffhanger espectacular), a nivel gráfico nos perdemos la llegada de Gaydos, un autor de garantías, bregado ya en una serie del estilo de Manhunter: Alias de Marvel.Como hemos dicho, hasta aquí la serie que lamentablemente no hemos visto ni finalizada ni reeditada. Una colección muy representativa de la DC de inicios del siglo XXI (una gran DC) con sus protagonistas de fuerte ambigüedad moral. Deudora de los oscuros y ultraviolentos noventa, coge algunos de sus elementos y los integra en una tendencia narrativa mucho más flexible, introspectiva y descomprimida. Una tendencia que reflexiona sobre el sentido de la sociedad y de la justicia en el nuevo siglo, como consecuencia del impacto que supuso el 11S. ¿Qué es un héroe? ¿Cómo debe ser un héroe?DC se estaba cuestionando a sus personajes y su legado en un momento en el que el mundo había cambiado radicalmente. Un mundo en shock que se volcó en una crisis de prejuicios y valores, que a su vez ocasionó una revolución cultural de gran creatividad en el medio audiovisual (pero también en el cómic).Kate Spencer es un dilema moral en sí misma. Una “heroína” que mata sin reparo, una abogada que se salta las normas de convivencia (fumar en lugares vetados) y las leyes para conformarlas a su comodidad, con la excusa de buscar un bien mayor, un sentido de la justicia más conceptual.Las leyes y el sistema judicial son meros estorbos, llenos de trucos y trampas que permiten a los habilidosos, a los astutos y a los poderosos escaparse con total impunidad. Quien haya visto The Wire entenderá de que estamos hablando.Otro aspecto característico de esta época (en comic y tv) es la deconstrucción de elementos tradicionales buscando su esencia e integrarlos en una cotidianidad costumbrista y verosímil. Vemos detalles o consecuencias en el día a día de los protagonistas y los ciudadanos que dan una tridimensionalidad a los conceptos tradicionales y a los personajes de toda la vida. Ejemplos como los juicios, las custodias compartidas, la maternidad, las normas antitabaco o incluso los barrios o casas donde viven los personajes, nos dan información y elementos de reflexión inéditos en gran parte hasta ahora. Andreyko nos hace algo de trampa creando villanos con la catadura moral de un malvado de película de Charles Bronson. Personajes incapaces de generar empatía. Y menos aún, en el espectador (o lector) de los 2000 inmerso en las filas de los aliados de la guerra contra el Terror. Los villanos tienen que ser muy malvados, deben estar muy deshumanizados para que compartamos las acciones de héroes que se comportan como delincuentes con remordimientos.El guionista de la serie destaca por su estilo descomprimido, dinámico, por sus diálogos ocurrentes con toques de humor. Desdramatiza los momentos oscurísimos de la colección, con una densidad de asesinos en serie por página mayor de lo habitual. Andreyko usa técnicas de pluriprotagonismo, con líneas argumentales descentralizadas y diferentes protagonistas con monólogos interiores. Se preocupa de dar bagaje y contenido a personajes secundarios para que entendamos (que no compartamos) sus motivaciones. Existe el debate también de la protagonista femenina. ¿Es realmente un personaje femenino? ¿sus circunstancias podrían aplicarse a un personaje masculino? ¿Serían una serie parecida? ¿Podría tener el mismo tono? ¿La percibiríamos igual? ¿qué dice de nosotros como lectores?Se trata en definitiva de una serie curiosa moderna, con enjundia, tan entretenida y dinámica como profunda, que posee diferentes subtextos que dan lugar a la reflexión y el debate. Una colección bien ejecutada, que envejece bien, y que, a pesar de sus irregularidades, merece una buena reedición completa. Al menos más que otras.Lo mejor• El dibujo de Jesús Saiz.• La capacidad de Andreyko para generar historias de interés en los márgenes del universo DC.Lo peor• Que esté incompleta.• En algún momento el dibujo pierde la contundencia del inicio.