Cómo el 'hecho en China' pasó de ser considerado malo a ser sello de buena calidad

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Durante décadas, los productos con la etiqueta 'Hecho en China' se identificaban casi automáticamente con artículos de bajo costo y, muchas veces, de calidad cuestionable. La idea era que lo chino era barato, pero no necesariamente bueno.Hoy esa percepción se está transformando de manera evidente. Cada vez más marcas y productos chinos están logrando un reconocimiento global que ya no se limita al precio, sino que también se asocia con innovación, moda y competitividad.(Puede leer: China conformará grupo de expertos para estructurar proyectos férreos en Colombia).Un ejemplo claro de este cambio son los Labubus, unos juguetes coleccionables que se han vuelto un fenómeno cultural. En ciudades como Berlín, cientos de personas esperan durante horas para poder entrar a una tienda de la cadena PopMart y comprar estos productos, que se han convertido en símbolos de tendencia y modernidad. Lo que antes se veía como barato ahora se percibe como 'cool' y deseado.Muñecas Labubu.Foto - Bloomberg.Pero los juguetes son solo la punta del iceberg. En el sector automotor, la compañía china BYD logró en abril superar las ventas de Tesla en Europa, un hito que hace pocos años habría parecido impensable.(Le puede interesar: Colombia abre nuevo capítulo de cooperación con China en proyectos de infraestructura).En el terreno de la tecnología, la empresa DeepSeek ha comenzado a competir directamente con herramientas de inteligencia artificial desarrolladas en Silicon Valley, rivalizando en popularidad con modelos tan conocidos como ChatGPT.Incluso en el sector de la comida rápida, China avanza a pasos agigantados: la cadena Mishe ya tiene más establecimientos a nivel mundial que gigantes como McDonald’s o Starbucks, mostrando que las marcas chinas no solo compiten, sino que también superan a referentes internacionales.BYD Yuan UPBYDEl éxito actual de estas compañías se explica por varios factores. En primer lugar, en los últimos 25 años China ha perfeccionado su capacidad de producción, logrando fabricar bienes de alta calidad sin perder la ventaja de ofrecer precios más accesibles que los de muchos competidores occidentales. Esta combinación ha resultado muy atractiva para los consumidores de diferentes partes del mundo.(Más: La ANI se reunió con empresa china interesada en proyecto férreos: de qué hablaron).Por otro lado, la economía interna de China ya no es tan sólida como lo era antes de la pandemia de covid-19, lo que ha llevado a muchas empresas a mirar hacia los mercados internacionales en busca de nuevas oportunidades. Así, han encontrado en la expansión global una forma de diversificar riesgos y de posicionar sus marcas en un escenario mucho más amplio.Además, las empresas chinas ya no son improvisadas en el ámbito internacional. Con los años han ganado experiencia en manejar cadenas de suministro globales, logística internacional y adaptación cultural. Esa madurez les ha dado la confianza necesaria para competir de tú a tú con las grandes compañías de Estados Unidos y Europa.DeepSeekEFETodo esto indica que lo que estamos viendo ahora podría ser apenas el inicio. Las marcas chinas ya no se limitan a ser opciones económicas, sino que comienzan a ocupar espacios en sectores estratégicos y en los gustos de los consumidores.De aquí en adelante, es muy probable que ver tiendas chinas en los centros comerciales del mundo sea algo cada vez más común. Lo que antes era sinónimo de barato, ahora se está transformando en un sello de modernidad, innovación y alcance global.PORTAFOLIO