Las supermanzanas 2.0 son mucho más que una reorganización del tráfico en las ciudades. Este concepto urbano, que ha ganado protagonismo en Barcelona, está evolucionando para imitar el comportamiento de un bosque urbano, ayudando a absorber CO₂, mejorar la calidad del aire y transformar la vida diaria de sus habitantes.¿Qué es una supermanzana y en qué consiste su versión 2.0?La idea original de supermanzana («superilla» en catalán) nació en Barcelona, con el objetivo de reorganizar el espacio urbano agrupando entre 9 y 12 manzanas tradicionales para restringir el tráfico vehicular interior. Dentro de estos espacios, solo pueden circular los residentes, servicios y emergencias, permitiendo devolver el espacio público a los peatones.En su versión 2.0, esta idea da un paso más: se potencia la renaturalización del entorno mediante la incorporación de vegetación abundante, superficies permeables y nuevos espacios de convivencia. El resultado es un ecosistema urbano que no solo limita la contaminación, sino que también absorbe CO₂ como lo haría un bosque.Cómo funciona la absorción de CO₂ en las supermanzanasPara entender cómo una ciudad puede comportarse como un bosque, pensemos en la función básica de un árbol: toma CO₂ del aire y libera oxígeno. Este proceso, multiplicado por miles de árboles, transforma un barrio denso en un sumidero urbano de carbono.En este modelo:Se reducen los coches y, con ellos, las emisiones directas de CO₂.Se aumentan las zonas verdes, con árboles capaces de absorber hasta 150 kg de CO₂ por año.Se crean plazas y ejes verdes que bajan la temperatura ambiente, reduciendo el uso de aire acondicionado, lo que también disminuye las emisiones indirectas.El Ayuntamiento de Barcelona se ha fijado el objetivo de ganar 1,6 km² de espacio verde antes de 2030, lo que supone 1 m² por habitante. Estas medidas son parte de su estrategia para reducir en un 50% sus emisiones de CO₂ antes de esa fecha.Beneficios ambientales y socialesUn estudio de ISGlobal reveló que, si se implementaran las 503 supermanzanas previstas, se podría reducir la contaminación del aire (especialmente NO₂) en un 24%, evitando hasta 667 muertes prematuras al año por enfermedades respiratorias.Pero los beneficios no son solo ecológicos:Menos ruido: la eliminación de tráfico reduce considerablemente la contaminación sonora.Vida en la calle: aparecen zonas de juego, terrazas, mercados locales y arte urbano.Movilidad activa: se fomenta caminar y andar en bicicleta; en 2020, un 64% de los trayectos en Barcelona fueron a pie.Salud mental y bienestar: vivir en entornos verdes está vinculado a menores niveles de estrés y ansiedad.Desafíos y críticas al modelo actualPese a sus ventajas, no todo es tan verde como parece. Algunas críticas apuntan a que las actuales supermanzanas no cumplen del todo sus objetivos ambientales:Efecto rebote: según el Barcelona Supercomputing Center, si no se reduce el tráfico en general, la contaminación puede desplazarse a las calles colindantes.Poca masa arbórea: expertos señalan que la densidad de árboles en los «ejes verdes» es insuficiente para absorber cantidades significativas de CO₂.Resistencia vecinal: la reducción de plazas de aparcamiento y el impacto en ciertos comercios generan tensiones locales.El futuro de las supermanzanas: hacia un modelo más verdeEl término «supermanzanas 2.0» no está formalmente definido, pero refleja una versión mejorada del modelo original. En esta evolución:Se prioriza la renaturalización con más vegetación y suelos permeables.Se planifican plazas de gran tamaño, como las de 2.000 m² en el Eixample.Se busca la neutralidad climática a 2050, con acciones coordinadas para frenar el cambio climático desde el urbanismo.La clave estará en acompañar estas transformaciones con políticas de movilidad sostenible, una mejor distribución del arbolado y la participación activa de la ciudadanía.Recomendaciones para mejorar el impacto ambientalSi queremos que las supermanzanas realmente absorban CO₂ como un bosque, algunas recomendaciones clave serían:Aumentar la densidad de árboles grandes, priorizando especies nativas de alto rendimiento ambiental.Conectar zonas verdes entre barrios para crear corredores ecológicos.Incluir techos verdes y jardines verticales en edificios públicos y privados.Educar y sensibilizar a la población sobre los beneficios de estos espacios.Las supermanzanas pueden ser una pieza fundamental para construir ciudades que no solo emitan menos, sino que también capturen carbono activamente. Pero su efectividad dependerá de cómo se apliquen en la práctica.La noticia Supermanzanas 2.0: barrios que respiran como bosques urbanos fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.