Espeluznante y milagroso a la vez: un cámara, a punto de ser aplastado por la moto de Acosta

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Se llama Joao y, aunque suene a tópico, volvió a nacer este sábado durante la disputa de la sesión Q2 de clasificación para la carrera de MotoGP del Gran Premio de Hungría que se celebra durante el fin de semana en Balaton Park, un nuevo circuito cercano a Budapest. Además del citado Joao, el azorado protagonista involuntario de lo sucedido es el piloto español Pedro Acosta . En la curva 8, el murciano perdió el control de su KTM, se fue al suelo, y la moto, como suele pasar, salió disparada deslizándose por la grava que rodea el trazado de asfalto. Sin embargo, lo que no es habitual es que la máquina, de unos 160 kilos de peso , comience a botar, cual si fuese un simple neumático, y acabe por elevarse hasta la considerable altura a la que sitúan las cámaras de televisión que captan y trasmiten para todo el mundo las carreras. En esa zona del Balaton Park el encargado de seguir la acción de la pista era Joao, que vio como la mole de acero y metal volaba peligrosamente hacia su posición. Afortunadamente, la cámara, también de considerable tamaño y consistencia, se interpuso entre el hombre y la moto. Esta impactó violentamente con el aparato televisivo, rebotó y acabó por fin inmóvil en la tierra. Todos los que presenciaron la escena se quedaron helados. Menos Acosta, quien rápidamente se levantó y acudió a interesarse por el estado de Joao. Unos y otro suspiraron de alivio cuando el cámara levantó el brazo derecho y con el pulgar de la mano transmitió la mejor noticia: está bien e ileso .