Paco Pepe p asó por 'First Dates' la velada del miércoles 27 de agosto buscando «una mujer cinco jotas». El soltero, que en realidad se llama Francisco José y no quiso revelar su edad al bajo el pretexto de que es solo «un número del universo», se presentó en el restaurante del amor como un hombre al que le gusta disfrutar de la vida y del amor, un terreno donde no ha tenido tanta suerte. Le contó a C arlos Sober a que nunca se ha casado, aunque una vez estuvo a punto. La afortunada era una mexicana muy conocida es su país. «Salí en el 'Hola' de allí, es como la hija de la Preysler», desveló el 'guest hostess' de Granada. Pero la distancia y un hígado graso los separó. El soltero llegó al programa con ganas de enamorarsefirs «a la primera sonrisa». Para ello, no obstante, su cita debía ceñirse a un prototipo concreto. «Me gustan pijas y también no tan pijas, pero tienen que tener algo especial», apuntó en los totales. Y por eso nada más ver a Raquel (55), técnica de farmacia onubense afincada en Málaga, supo que con ella las posibilidades de enamorarse serían cero. «Yo quería una chica de estilo elegante. Esta tendrá su estilo, pero no es el mío. Siempre me he relacionado con chicas con bastante estilo y bastante clase», espetó. «Decepción total» es también lo que experimentó la soltera al conocer a su cita. «Lo primero que me encuentro, la barriguita. No es que tenga un prototipo de Tom Cruise , pero me gusta que un hombre se cuide», comentó. Era el inicio de una velada condenada al fracaso. De hecho, mientras se dirigían a la mesa, Paco Pepe puso el foco en otra persona. « Laura (Boado) es una persona que me llama la atención. La veo simpatiquísima, elegante, agradable…». Desde ese momento, el comensal se obcecó en conseguir el número de teléfono de la camarera de 'First Dates' . A su cita, en cambio, le tocó aguantar estoicamente una disertación sobre las alergias alimentarias de Paco Pep e. «Yo decía, 'de verdad ¿dónde está la cámara oculta?' No era capaz de tener un tema de conversación con él. Lo he intentado por un lado y por el otro. Solamente hablaba de su alergia, eso sí me ha quedado muy claro», se quejó ella con hastío. Tampoco le cuadró que fuese soltero y sin hijos. Él, por su parte, estaba convencido de que se hubiera llevado el gato al agua «si hubiese actuado de otra manera más de 'latin lover'». Justo como lo hizo con Laura Boado . Al marcharse, se lanzó a darle dos besos y un fuerte abrazo a la coruñesa al tiempo que se proponía camelársela con piropos como «'guapa', 'mi princesa' y 'qué preciosa eres'». Desde la puerta, Raquel esperaba pacientemente a que Paco Pep e convenciera a la camarera para que lo visitara en Granada y se apuntara su número. Tampoco le importó demasiado, pero el desplante del soltero hacia su acompáñenle no quedaba ahí. Boado lo instó a que se fuera con su cita y él reconoció abiertamente que «no me ha gustado, yo te quería a ti». Como era de esperar, el veredicto de la decisión final fue un rotundo 'no' a una segunda cita por ambas partes.