Los grupos extremistas de ultraderecha utilizan plataformas de videojuegos para captar a jóvenes y radicalizarlos

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A principios de 2021, Payton Gendron tenía 18 años, se hizo una pregunta y la dejó por escrito en una red social de videojuegos: “¿No debería doler mucho que me disparen si llevo un chaleco antibalas puesto, verdad?” Miles de mensajes después, manifestó sus intenciones sin rodeos: “Es hora de dejar de publicar mierdas y hacer un esfuerzo real. Voy a realizar un ataque”. A las pocas horas, Gendron tomó el rifle semiautomático que había comprado legalmente por 960 dólares en una tienda a pocos kilómetros de su casa, se acercó a un supermercado y abrió fuego. Mató a diez personas. Y transmitió la masacre en directo por su cuenta de Twitch.Seguir leyendo