El 'salvaje' Puerto Sherry: hasta los hosteleros piden control donde cierran una carretera y nadie lo respeta

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La evolución de El Puerto en los pasados años es evidente y lo dicen los propios portuenses: que algo de lo que fue, de la alegría del verano, se ha ido perdiendo. La ciudad es uno de esos nombres que resuenan en corrillos de la chavalería de Madrid cuando hablan de agosto. Los "te acuerdas cuando en El Puerto". Sabido es que todo ha cambiado desde la pandemia. Los niños del confinamiento son los adolescentes de hoy. Cambian los públicos y cambian las fórmulas porque cambian las generaciones. Todo influye. Esa camada juvenil no es que sea más salvaje quizás que la anterior, es diferente. Los que hacen botellones en los pinares alrededor de Puerto Sherry son los últimos de la generación Z, nacidos muchos de ellos a finales de la primera década del milenio. 2006, 2007, 2008, 2009... De las manos de algún cigarro de quienes hacen botellón salió una colilla y hubo un incendio que no fue a más. Pero la estampa de la que hablan los habituales de Puerto Sherry es que no se puede circular por la carretera que va hacia El Puerto ciudad desde El Puerto puerto. El cartel de acceso 'Solo para residentes'.  MANU GARCÍATan a pie cambiado coge lo que está pasando que ni los propios locales de Puerto Sherry están cómodos con lo que está sucediendo. El Puerto, vienen a decir, se ha asalvajado. Lo cuenta uno de los hosteleros que por hablar sin nombre lo hace con la mayor libertad de no sentirse señalado por nadie. Pescando en una terraza cerrada junto a un cartel que impide la pesca en el espigón, desde este punto hacia la izquierda.  MANU GARCÍAEl Puerto siempre ha tenido su propia identidad en la Bahía de Cádiz, y no se resiste a perderla aún. Siempre se le ha asociado con cierto pijerío, que viene a significar mostrar elitismo en ropa o comportamiento sea uno acaudalado o solo lo pueda aparentar. En los 90, ser pijo era tener quemaduras de gafas de sol y aquellos polos enormes para ellos y ellas tipo rugby que el que menos podía ser Benetton o Lacoste. La generación del cocodrilo se quemaba la cara de pasar horas en la playa o en el yatecito. De aquello queda un persistente famoseo y nombres del Ibex 35 veraneando que echaron aquí parte de su juventud. De entre esos nombres de ricos de verdad persiste en Vistahermosa Florentino Pérez. Pero parte de esa identidad ha sido que convivieran en los mismos locales los pijos de verdad, los pijos de apariencia, los pijos de fuera, los pijos de la zona y el pueblo llano. Por la Ribera del Marisco para cenar y tomar copas; por Puerto Sherry en la tarde, por ejemplo, para ver la puesta de sol. El fenómeno de convivencia se ha replicado por gran parte de la costa de Cádiz: lo que era poblado marinero es hoy lugar de culto mesetario, una meca del disfrute a la que ir una vez al año. Fruto de esa tensión se encuentra lo de que los proyectos inmobiliarios dudosos hayan ido decayendo, dejando en Puerto Sherry un reguero de hectáreas sin urbanizar que quizás puedan arreglarse próximamente.De todos esos análisis del pasado reciente de El Puerto puede haber discrepancias y opiniones. Pero no puede negarse la existencia de ese sentimiento de que "no es lo que era" en buena parte de la calle. ¿Ciudad sin ley? La carretera de todos y de nadie en Puerto SherryEsta semana, Izquierda Unida de El Puerto advertía de un nuevo cartel en Puerto Sherry: se cortaba el acceso por el paseo paralelo a la playa, que es uno de los principales accesos a la playa de La Muralla (una de las más bonitas de la provincia), y por la que se llega a los locales con vistas al mar, muchos restaurantes, copeteo de tarde y helados. Estos establecimientos se reparten frente a las viviendas (algunas turísticas ya) y a bolsitas de aparcamiento que algunos propietarios han cerrado para su propio uso, algo que algunos del lugar consideran como poco dudoso.Pero es un chico de unos 25 años en silla de ruedas -acento de fuera- quien explica que sí que es portuense, que vive en una de las zonas de chalés quien lo deja claro: "Aquí siempre se ha hecho lo que se ha querido". Se refiere al corte de esa calle para los coches. "Prohibido el acceso". Lo pone pasada la garita que nunca ha servido para cortar ninguna calle, ubicada a la entrada de la zona de viviendas y frente a las embarcaciones. Teóricamente, no se puede pasar, pero la mayoría de coches lo hace. Porque o bien no ven el cartel, instalado entre el sábado y el lunes por la noche, o lo ve y pasa del tema. Los menos se mantienen precavidos y dan la vuelta a duras penas en una minirrotonda elaborada con pintadas y donde un coche es en realidad incapaz de hacer el giro directo sin rectificar, de lo escasa que es.La 'minirrotonda' junto al cartel de la discordia.  MANU GARCÍASi le quitan el acceso en vehículo, este vecino portuense pierde la posibilidad de quedar con amigos como había hecho este lunes. Desde el aparcamiento a la playa de La Muralla no se puede acceder a Puerto Sherry sin pasar por la arena, así que lo tendría casi imposible con su silla de ruedas. El cartel lo ha puesto la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, propietaria de Puerto Sherry, y lo ha tapado en menos de 72 horas. Ha sido un visto y no visto. De hecho, esta crónica, hay que decirlo, se iba a elaborar por el corte de la carretera pero se volvió a reabrir el martes por la mañana, tras taparse el cartel de advertencia en la noche anterior. Un experimento infructuoso.La playa de La Muralla, que colinda con Puerto Sherry.  MANU GARCÍALa razón la explica el Ayuntamiento de El Puerto, al que, parece, no sentó bien esta decisión unilateral de la Autoridad: "La APBC ha procedido a tapar la señal para consensuar con el Ayuntamiento la ordenación del futuro tráfico de la zona". Es decir, las fuentes municipales consultadas por lavozdelsur.es señalan que esa decisión sobre el tráfico no se había tratado previamente con el Consistorio, a pesar de la sintonía de colores políticos -este, en realidad, un caso menor de discrepancias entre PP de El Puerto y el resto de populares si se compara por ejemplo con El Madrugador-.Una vía de acceso a Puerto Sherry en el interior, ajada tras proyectos inmobiliarios que fueron decayendo.  MANU GARCÍALa cuestión está, entonces, en que no está claro que el portuense o el usuario de Puerto Sherry fuese igualmente a cumplir la norma que impide el acceso a este paseo. Tendría que haber sido a costa de multas. Y de hecho parece que en junio hubo cabreo entre hosteleros de la zona cuando la Autoridad Portuaria (con la que ha sido imposible contactar para esta información, a pesar de la insistencia de lavozdelsur.es) habría llevado a su policía a multar coches o a advertirles de que no podían aparcar en la bolsa del fondo, la que está llegando a la playa de La Muralla.En una de las terrazas que no abrió este lunes por descanso del personal, Pablo, junto a un grupito de tres o cuatro más, ven la tarde pasar con las cañas de pescar puestas en la escollera. Hacen pesca recreativa. Y teóricamente no pueden hacerlo en el espigón, que empieza justo donde acaban las casas y empiezan las embarcaciones. Pablo, desde los 15 años. Portuense, de hecho trabaja en un establecimiento de este mismo paseo de Puerto Sherry, uno de los que sufren que los chavales del botellón cruzan desde los pinares a la carretera sin pausa, sin control. Lo sufre cuando sale de trabajar algunos días. Y cuando viene a primera hora para mariscar su propio cebo antes de echar la caña. "Peleas, borrachos, broncas, gente liándola...". El cabreo está también hacia locales como Phi Phi, en pleno éxito pero que sirve de atractivo para los chavales que antes de entrar hacen botellón. Aparcamiento 'solon para residentes' con vistas al mar.  MANU GARCÍAEjemplos del urbanismo interrumpido en Puerto Sherry.  MANU GARCÍAEn eso, todo es bienvenido, lamenta, menos el portuense. Por ejemplo, el que quiere salir a hacer la pesca. Ese sobra, viene a decir. "El espigón de Valdelagrana lo han cerrado, el de La Puntilla lo van a cerrar, además de que está sucio, con ratas y cuando nos ponemos aquí, a veces ha venido la Guardia Civil o la Policía de Puerto Sherry a echarnos". Aquí se cogen doradas, urtas o pargos, de esos que los metes en hielo y en un rato se meten en el horno. "Igual que ponen playas para perritos, que pongan playas para pescadores". Aún saltándose el cartel de prohibido porque "no lo hemos visto", Marcos, con tres personas más, llegaba junto a tres chicas este lunes hasta una de las bolsas de aparcamientos que no están privatizadas para el uso de vecinos. El plan, tomar algo y ver la puesta de sol. "Hasta que no haya solución con las borracheras, el problema va a ir a más", explicaba. Él mismo es de El Puerto y "me gusta salir, yo voy al Phi Phi", e incluso defiende la economía del turismo, pero en este momento El Puerto es "incontrolable". Metido o rondando los 30, se recuerda a sí mismo en esa época de los botellones, que por empatizar, hasta entiende. Pero no puede ir todo sin freno. [articles:338966]Los hosteleros de Puerto Sherry vienen a decir que tampoco les gusta el ambiente del entorno. Y si cerrasen ese paseo para que fuera peatonal, ni tan mal. "Así no se puede seguir". Con coches, dicen, que se meten a gran velocidad. "Este año no se ven familias pasar, o pasean mucho menos". Esta parte de Puerto Sherry carga con los excesos que no genera. Por eso, lo que es en principio un cartel puede ser el inicio de una resignificación de la zona. La vía trasera a las casas, que también desemboca en La Muralla, tiene también señales recién puestas aunque aún no se puede pasar. José Luis Bueno, portavoz de IU, el partido que ha advertido del cartel de Puerto Sherry, lamenta que se estén produciendo movimientos que no conoce la ciudadanía de El Puerto. "Viniendo de la Autoridad Portuaria, intuimos que no va a ser del gusto de los portuenses, pero hay algo detrás", señala. En el próximo pleno volverá a pedir que el Ayuntamiento reclame un asiento en el Consejo de la APBC, como ya tienen "Puerto Real y Cádiz", porque "en El Puerto no tenemos a dónde dirigirnos" cuando surge algún conflicto como puede ser el cierre parcial de los coches en esta vía. Cabe la opción, como soñaría algún hostelero, que fuera a acabar en una peatonalización. Eso no desagradaría a partidos de izquierdas como IU, habitualmente favorables a decisiones así. Pero no ha habido especial comunicación sobre qué se está cociendo ya que ni el Ayuntamiento sabía lo que pasaba. Y visto lo visto, si se decide, que se cumpla. Que no quede como un episodio de El Puerto, Ciudad sin Ley.