Hace las pruebas físicas para entrar a los marines de Estados Unidos y explica lo exigentes que son: «Casi vomito»

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Magnus Midtbø cambió su ocupación como escalador profesional por la de creación de contenido, eso que ahora todos hacemos o más bien eso que ahora todos hacen. Fácil hablar entonces de cómo ha escalado etapas, 'haters', seguidores, canales o reconocimiento hasta alcanzar los más de 3 millones de seguidores que acumula en todos sus perfiles. Sus osados retos publicados en YouTube le han facturado también varios millones de visitas: cruzar Noruega en línea recta, una escalada por aquí, otra escalada por allá, una cueva, incursiones militares con cuerpos de Francia, de Reino Unido... y de Estados Unidos, lo que nos ocupa. Noruego, de 36 años y retirado de la escalada en 2017, Midtbø viajó hasta la Base del Cuerpo de Marines Camp Pendleton , en el sur de California, para citarse con el Sargento Elvis Amanfo y una pequeña cuadrilla de cinco marines. El objetivo: someterse a una prueba de aptitud física . Se trata de una prueba a realizar todos los años para los marines, consistente no solo en ella misma sino en otra de recuperación al día siguiente para mejorar el tiempo registrado en cada uno de los ejercicios. Son tres: uno de dominadas, otro de plancha frontal y una carrera de tres millas, casi cinco kilómetros al cambio. La puntuación corre del cero al 300, y el mínimo exigible para un marine es de 135. Cada ejercicio, claro, otorga un máximo de 100. El vídeo, para los hispanohablantes, se sucede al son de un doblaje automatizado por una inteligencia artificial, por lo que los diálogos y las explicaciones inevitablemente relucen cierto tono cómico, cuando no confuso. El primer ejercicio, ese de las dominadas , consiste efectivamente en alcanzar la meta de las 20 repeticiones para obtener los primeros 100 puntos. El Sargento recalca las normas: «La barbilla debe sobrepasar la barra, y uno no puede ayudarse del cuerpo, ni saltando ni pedaleando, nada. El récord se dio en 2002: un marine hizo 76 dominadas». Atónito, Midtbø se cuelga de la barra y alcanza las 30 ante los gestos de aprobación de los otros reclutas, menores en edad, quienes registraron alrededor de 20. El segundo ejercicio, sí, es el de la plancha frontal . La maldita plancha frontal: el único descubrimiento del ser humano capaz de distorsionar verídicamente el paso del tiempo. En este caso, la consigna es clara: tres minutos y 45 segundos para obtener los 100 puntos. Antebrazos colocados en paralelo, no cruzados ni nada por el estilo. Solo ellos y el césped. Ahora sí, todos completan la prueba con aparente holgura, aunque destacando el «ardor» en sus abdominales. Por último, la carrera de tres millas . El recorrido se da por las inmediaciones de la instalación, una suerte de desierto de donde los marines advierten a Midtbø tener cuidado con los coyotes, que suelen atacar cuando uno va solo, o sobre todo con los pumas y las serpientes de cascabel, más impertérritos. El noruego registra de nuevo los 100 puntos (con un tiempo de 20'19« sobre el 20'30» máximo), pero luego asegura no haber medido demasiado bien los esfuerzos durante el trayecto. Antes de otro ejercicio de cuerdas más bien ocioso, fuera de toda prueba, uno de los marines más locuaces asegura a cámara: «No voy a mentir, muchas veces veo a esos 'influencers' del 'fitness' y pienso: nah, eso es todo fotografía, seguro que solo les dura un día. Pues me equivocaba. Este tipo está rotísimo». Luego se viste de director deportivo: «¿Dónde están los reclutadores? Tenemos que fichar a Magnus. Creo que podemos conseguir algo de ropa».