El funicular de la Gloria, uno de los más concurridos por turistas en Lisboa, sufrió un grave accidente este miércoles por la tarde que provocó la muerte de 17 personas y dejó a una veintena de heridos. El vehículo perdió el control tras romperse el cable de seguridad, descendió la cuesta a gran velocidad y terminó descarrilando contra un edificio, causando un escenario de caos y destrucción.[articles:341143]En declaraciones a la Cadena SER, Mabel, una testigo que estuvo a punto de subir al funicular junto a su hija, relató que se decidieron a esperar al siguiente vehículo debido a la gran cantidad de personas de pie. "Mi hija me dijo 'mamá, no vamos a subir en este porque hay mucha gente de pie. Nos esperamos al siguiente", ha explicado. La decisión evitó que ambas resultaran afectadas por el accidente.La prudencia les salvó la vidaLa Fiscalía de Portugal ha iniciado una investigación para esclarecer las causas del descarrilamiento. Según informó, el pasado domingo había finalizado el contrato con la empresa encargada del mantenimiento del funicular, un detalle que podría resultar clave en la investigación. Testigos presenciales describen escenas de terror y confusión: "Estábamos ahí en la parada del tranvía en la cuesta, cuando de repente vimos que el primer tranvía se fue hacia atrás un par de metros. La gente empezó a salir por la ventana y, de repente, escuchamos un chirrido... Miramos hacia arriba y ya vimos el vagón venir a una velocidad impresionante… Se metió en la curva contra el edificio, eso lo paró", ha relatado Mabel.El accidente dejó un amasijo de hierros entre polvo y humo, y testigos describen escenas de pánico mientras la gente corría hacia abajo intentando ponerse a salvo. Mabel ha reconocido que la prudencia de su hija fue decisiva para evitar una tragedia mayor. "Ella fue la que me dijo que no quería ir en ese tranvía. No quería ir de pie y podemos contarlo", ha subrayado, resaltando la angustia y la rapidez con que se desarrollaron los hechos que conmocionaron a la ciudad.