Una nueva generación de implantes bioelectrónicos flexibles está transformando la medicina neurológica. Diseñados para integrarse con el tejido cerebral, estos dispositivos permiten restaurar funciones motoras y sensoriales dañadas por lesiones o enfermedades. Desde hilos invisibles hasta electrodos vivos, los avances acercan una era en la que reparar conexiones neuronales será posible.