Un grupo de madres de Conil de la Frontera ha creado la asociación Horizontes de Esperanza, integrada por más de una decena de mujeres que comparten la experiencia de tener hijos o familiares con problemas de drogadicción. El colectivo busca generar recursos y redes de apoyo para hacer frente a una situación que, según denuncian, afecta de manera creciente a la juventud del municipio.La iniciativa recuerda a los movimientos vecinales que surgieron en distintos barrios de España durante la década de los noventa, cuando numerosas madres se organizaron ante el impacto de la heroína en sus comunidades. Tres décadas después, la asociación de Conil asegura revivir una problemática similar, marcada por la soledad y la estigmatización que sufren muchas familias.Las impulsoras del proyecto advierten de la falta de recursos especializados en la localidad. Señalan que el centro de atención a drogodependientes solo abre un día a la semana, lo que consideran insuficiente ante el elevado consumo de drogas entre jóvenes y la gravedad de las consecuencias sociales.Horizontes de Esperanza se reúne cada semana en un espacio cedido por el Ayuntamiento en la Casa de la Cultura. Además, ha conseguido un puesto en el mercadillo municipal donde vende ropa de segunda mano para recaudar fondos, lo que les permite sostener sus primeras actividades.El colectivo trabaja también en la creación de una mesa de coordinación en la que participen asociaciones de padres y madres, entidades sociales e instituciones. Su objetivo es abordar de forma conjunta la situación de los jóvenes y diseñar respuestas más efectivas.Las integrantesEntre sus integrantes hay mujeres que han vivido de manera directa el drama de las adicciones. Algunas relatan pérdidas familiares, agresiones en el entorno doméstico o la dificultad de acompañar a hijos que han recaído tras pasar por programas de rehabilitación. Varias coinciden en señalar la falta de seguimiento profesional y la necesidad de un mayor apoyo institucional.La asociación reclama recursos públicos estables, como atención psicológica regular, programas de reinserción laboral y espacios que mantengan ocupados a quienes intentan dejar el consumo. Consideran que el respaldo profesional es imprescindible y que la unión entre madres puede ser un factor decisivo para resistir la carga emocional y social que soportan.Horizontes de Esperanza ha diseñado una hoja de ruta que contempla talleres educativos de prevención, asistencia social, psicológica y jurídica, así como campañas de sensibilización ciudadana. Sus integrantes buscan alianzas con centros especializados y piden que se visibilice una realidad que, a su juicio, permanece oculta tras la imagen turística que proyecta Conil.