Una soltera se planta y sale huyendo tras pasar un mal rato por culpa de su cita: «Me voy a ir, estoy super incómoda»

Wait 5 sec.

Melanofobia. Ese término define el miedo intenso e irracional al color negro, pero no hay palabra que describa la obsesión de Alberto (36) con el atuendo de su cita en 'First Dates' . Ya fuese por superstición, por relacionarlo con trabajo de agente funerario o simple y llanamente por mala educación, lo cierto es que este barcelonés que acudió al restaurante la velada del lunes 8 de septiembre se pasó tanto de la raya con J udith (34), que ella acabó por dejarlo plantado en mitad de la cena. Alberto se presentó como «un chico extrovertido, simpático, alegre y sobre todo, familiar». Una descripción muy parecida a la que dio de sí misma la soltera. Judith, administrativa contable de Barcelona, llegaba al programa de citas con muchas ganas de dejarse llevar, pasarlo bien y reírse mucho. «Me gustan las personas positivas y divertidas», apuntó mientras conversaba con Laura Boado . Pero ningún deseo se le cumplió en 'First Dates '. Entre ella y Alberto no solo no surgió la chisma, sino que su acompañante le hizo pasar un mal rato durante la cena. Y es que el agente funerario puso mucho más empeño en meterse con su atuendo y repetir una y otra vez su animadversión al vestido que lucía, que en intentar conocerla. De hecho, la primera impresión que le causó Judith fue determinante. «No me ha gustado porque iba de negro y el negro es ruina. Para una cita, una mujer que va de negro…Las personas que van de negro solo me transmiten desilusión», sentenció ante las cámaras. Una vez comenzada la cena, cada vez que tuvo oportunidad le lanzaba una pullita sobre el color de su vestido. Él consideraba que negro es sinónimo de ir de luto, y se lo remarcó hasta la saciedad. Tal es así que el ambiente se enrareció entre ellos, dando paso a un silencio que se instaló en la mesa definitivamente. Cuando no lo pudo soportar más, Judith decidió primero escaparse al baño y después cortar por lo sano. «Te quiero decir una cosa. Me sabe fatal… Me voy a ir. Estoy super incómoda, creo que no hay feeling. Pero con buen rollo», le comunicaba a Alberto en mitad de la velada. Este insistía por enésima vez en que no le había gustado debido a su vestido «de luto». «Lo ha dicho ocho veces, ¡qué pesado! Si no estoy cómoda conmigo misma, no lo voy a estar con esa otra persona. No me voy a tomar ni un vaso de agua en la fuente de un parque con este chico, no coincidimos en nada, no voy a perder el tiempo», se desahogaba la administrativa en los totales, totalmente harta. A Alberto , por su parte, solo le perturbó la posibilidad de quedarse sin cenar. Cuando una de las gemelas del programa le confirmó que podía terminarse la comida y Judith se fue, «he empezado a disfrutar». Porque por si alguien todavía no se había enterado, «es una tía de ole, pero los ángeles de luto no me dan confianza, vistiéndose así ningún ser humano se puede querer».