90 años de Elvis Presley, el rey del rock and roll con reputación de traidor, yonki y obseso sexual

Wait 5 sec.

90 años habría cumplido este 2025 Elvis Presley, rey del rock and roll y uno de los personajes más famosos del siglo XX, hasta el punto de que llegó a ser comparado con Jesucristo. Aquel chico pobre del sur de Estados Unidos vendió millones de discos, apareció en decenas de largometrajes, ganó una fortuna enorme y se acostó con tropecientas mujeres. Sin embargo, nunca llegó a ser feliz . «Pero esto no es lo peor», comentan Malcolm Otero y Santi Giménez en su libro El club de los execrables. «Elvis era un ser inestable, megalómano, un yonki fascista y, por encima de todo, un traidor, y de los peligrosos. Traicionó, nada más y nada menos, al rock and roll. Porque edulcoró el rock, que dejó de ser un movimiento cultural contestatario y revolucionario para integrarse en la sociedad como un producto para toda la familia y, sobre todo, en una industria millonaria». Los autores explican que, cuando apareció, Elvis era «como otros rockeros incipientes: d escarado, alternativo y sexualmente provocador », y en sus comienzos cantaba las canciones tradicionales de los negros adaptadas al rock. Pero todo aquello acabó cuando más pronto que tarde apareció Thomas Andrew Parker, apodado el Coronel, un tipo que aseguraba ser un ex militar estadounidense, pese a que con el tiempo se descubrió que se trataba de un holandés que emigró de forma irregular a Estados Unidos. Al ver su potencial, Thomas logró convertirse en su representante tras engatusar a los religiosos padres del artista, a quienes prometió que lo convertiría en el nuevo Sinatra. Cuentan que «le obligó a cortarse el pelo, se acabaron las insinuaciones sexuales en los escenarios, lo llevó a los programas de tele más conservadores y familiares de Estados Unidos, le hizo grabar un disco de villancicos y, la obra culminante de la domesticación, lo convenció para que se alistara voluntario en el ejército ». Tanto es así que, estando en la cumbre de su popularidad, fue destinado a Alemania. Luego dijo públicamente que cuando terminara el servicio quería hacer una gira por Europa, pero aquello no sucedió. De hecho, nunca llegó a pisar un escenario fuera de Estados Unidos y Canadá, porque su representante prefirió que dejara de actuar en directo y se centrara en una carrera cinematográfica que le llevó a rodar una película tras otra, la mayoría de ellas bastante malas, para de este modo hacer caja y orientar su personaje para todos los públicos. Otero y Giménez apuntan que sus jornadas de trabajo eran tan maratonianas que se pasaba los rodajes drogado: « Se convirtió en un adicto a las anfetaminas y a la cocaína para trabajar, y a los somníferos para poder descansar . Sus compañeros de farra explican que en ocasiones iban tan colocados que podían pasarse tres días sin dormir. Pero lo peor de todo era la doble moral con la que vivía esta situación. El FBI desclasificó unos documentos en los que Elvis se ofrecía al presidente Nixon como agente secreto para luchar contra las drogas y los grupos de hippies y negros que empezaban a aparecer alrededor de la industria del espectáculo». Tampoco es que fuera especialmente ejemplar su vida personal. En 1967 contrajo matrimonio con Priscilla Beaulieu , la hija de un coronel destinado en Alemania. Ella fue el gran amor de su vida y la persona con quien tuvo a su hija Lisa Marie, que luego llegó a pasar una temporada casada con Michael Jackson. Por lo visto, Elvis conoció a Priscilla en una fiesta cerca de una base militar cuando él tenía 24 años y ella 14, y se prometieron formalmente con la autorización del padre de la muchacha. Aquella contaba que no tuvieron relaciones sexuales hasta su noche de bodas, después de la cual Elvis casi nunca volvió a acostarse con ella porque « nunca había sido capaz de hacer el amor con una mujer que había tenido un hijo… Me ponía camisones sexys, me maquillaba cuidadosamente los ojos e intentaba iniciar el acto sexual. Nada funcionaba. Elvis seguía siendo muy cariñoso conmigo, pero eso fue todo». El carácter obsesivo del hombre, al que en un momento dado le dio por el espiritualismo zen de su peluquero, y su gusto por pasar encerrado la mayor parte del tiempo acabaron agotando a su insatisfecha esposa. Ella contaba que, en una ocasión, después de pasarse un día entero viendo películas de terror en la sala de cine de su mansión Graceland, el artista la llevó a dar una vuelta por el depósito de cadáveres de Memphis. Al final, Priscilla se fugó con su instructor de kárate y Elvis se pilló un rebote tan grande que planificó el asesinato del tipo. Llegó incluso a contratar a un asesino a sueldo a quien pagó diez mil dólares para eliminarlo , pero el matón cogió el dinero y se esfumó. Su matrimonio se rompió finalmente en 1973, aunque Priscilla afirma en su nuevo libro de memorias, titulado Softly, as I Leave You: Life After Elvis, que ambos siguieron muy unidos después de eso y que su posterior desaparición fue tremendamente dolorosa para ella, más incluso que la de su hija, fallecida de forma repentina en enero de 2023. Tras separarse, Elvis encadenó varias novias y siguió en caída libre. «Sus guardaespaldas de esa época explican que era un obseso sexual que los viernes por la tarde abría la reja de Graceland para que entraran en la casa las chicas que hacían guardia enfrente de la mansión durante días para montar orgías», explican sus biógrafos. Entonces, su mánager lo sacaba de gira continuamente y varias veces al año hacía parada en el hotel Hilton de Las Vegas para actuar durante 10 o 15 días en dos pases diarios. «Los conciertos eran cada vez más penosos» , escribió al respecto el periodista de música Miguel Ángel Bargueño. «Las críticas, feroces, se debatían entre la pena y la rabia. Escribían que estaba gordo, adormilado, ido, que no vocalizaba, que tartamudeaba, que olvidaba las letras de las canciones o simplemente las cambiaba de modo grotesco. Se comportaba erráticamente: lo mismo hacía una exhibición de kárate en mitad del show que iniciaba una guerra de pistolas de agua con sus coristas». Hablamos de críticas tan duras como ciertas. Efectivamente, Elvis tenía sobrepeso. También padecía hipertensión, hígado graso, insomnio, principio de glaucoma y un largo etcétera de problemas. Por eso pocos se llevaron las manos a la cabeza cuando en agosto de 1977 trascendió que había fallecido a los 42 años. Fue su novia de entonces, Ginger, quien lo encontró tirado en el suelo del cuarto de baño, varias horas después de que se le parara el corazón. La versión oficial sostiene que fue víctima de una arritmia cardíaca. Claro que desde entonces han circulado distintas teorías sobre lo que le pudo pasar realmente. Hasta dijeron que fingió su muerte y todavía vive. Según una de las principales teorías conspirativas, un señor que guardaba cierto parecido con él compró en el aeropuerto de Memphis un billete de avión con destino a Buenos Aires, donde Elvis pudo empezar a pegarse la vida padre. Y aunque el relato tiene pocos visos de verosimilitud, no me negarán que ese sería el broche perfecto para una biografía de aúpa .