SOS del Banco de Alimentos de Cádiz: la donación en caja, clave para alimentar a 15.000 personas en la provincia

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​Es una de las semanas más importantes del año para el Banco de Alimentos, porque se celebra la Gran Recogida, del 7 al 9 de noviembre, aunque en supermercados estará activa hasta el domingo 16. Una campaña con la que se hace acopio de alimentos básicos para varios meses, que sirven para alimentar a cientos de miles de familias.El objetivo para este año, a nivel nacional, es lograr diez millones de kilos/litros de alimentos, atender a más de un millón de personas en 54 Bancos de Alimentos de todo el país, gracias al trabajo de más de un millón de personas voluntarias.En el caso del Banco de Alimentos de Cádiz, su presidenta Isabel Gomis, asegura a lavozdelsur.es que la Gran Recogida es "fundamental" para recargar sus existencias, y que vienen preparándola desde el mes de agosto, porque implica a muchos voluntarios y a los supermercados que participan en la campaña, como Mercadona, que involucra a 50 tiendas a nivel provincial.Son 15.000 las personas a las que da de comer el Banco de Alimentos gaditano en toda la provincia, por lo que se requiere de una infraestructura fuerte y de muchas donaciones para atender a todos estos usuarios, que vienen derivados de Asuntos Sociales o de alguna de las 140 asociaciones con las que trabaja, que cuentan con informes que certifican que se trata de personas vulnerables.  Estanterías del Banco de Alimentos de Cádiz.  REYNA En estos momentos, predominan dos perfiles de usuarios: jóvenes con hijos a su cargo, muchas veces familias monoparentales, y personas mayores. "El aumento del coste de la vida, de los alquileres y de los servicios, unido a la falta de subida proporcional de los salarios, ha hecho que muchas personas que antes llegaban justas ahora no lleguen a fin de mes", dice.Gomis lleva desde 2020 como presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz y desde 2023 es, además, presidenta de la federación andaluza de Bancos de Alimentos, aunque lleva ligada a la entidad desde hace más de una década. Al involucrarse y conocer el funcionamiento interno, se dio cuenta del "enorme esfuerzo que supone tener un Banco de Alimentos". "Detrás de cada una de las acciones que hacen los Bancos de Alimentos hay mucho trabajo", añade.La pandemia como punto de inflexiónLa presidenta del Banco de Alimentos tiene que claro que la pandemia de covid supuso un "punto de inflexión" en el funcionamiento de la entidad, ya que cambió la forma de realizar las recogidas.Hasta entonces, las donaciones eran físicas, pero por las restricciones de distanciamiento social se pasó a las donaciones en caja, una modalidad que "ha llegado para quedarse".Hubo un repunte de usuarios, de muchas personas que sin posibilidad de tener ingresos, tuvieron que recurrir por primera vez a los Bancos de Alimentos. Una vez pasada la pandemia, y tras la puesta en marcha de medidas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV), han notado una bajada de demanda.Isabel Gomis, presidenta del Banco de Alimentos gaditano.  REYNA También por la implementación de las tarjetas monedero, que sustituye al anterior Fondo de Ayuda Europea a las Personas más Desfavorecidas (FEAD), pero que deja fuera a muchas familias, ya que "solo atiende a quien tiene hijos menores de edad", se queja la presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz. "Queda desatendido un colectivo muy grande: familias sin hijos, o cuyos hijos son mayores de edad, usuarios de casas de acogida, albergues o comedores sociales...", abunda.Desde que hace dos años se pasó del FEAD al actual sistema de las tarjetas monedero, enmarcado dentro del programa europeo de Asistencia Material Básica, "estamos viviendo momentos muy complicados", describe Gomis. "No tenemos recursos para todas las familias que tenemos que atender, que se quedan fuera de ese programa. No hay tanta ayuda de la Administración como antes", sostiene.De las donaciones físicas a las donaciones en cajaHay, en plena semana de la Gran Recogida, que hacer "mucha pedagogía" con el sistema, comenta Isabel Gomis, porque hay personas que no se fían de realizar donaciones en metálico, acostumbrados a las físicas que históricamente habían distinguido a los Bancos de Alimentos."Siempre nos han asociado con alimentos físicos, por eso nos decían que éramos diferentes del resto de ONG, por recibir alimentos en lugar de dinero", cuenta Gomis, quien añade también que "cuando se explica bien el proceso, se aclaran muchas reticencias". El dinero donado a los Bancos de Alimentos, durante la campaña de la Gran Recogida, pasa directamente a una cuenta de crédito que utiliza cada entidad cuando lo requieren las necesidades de los usuarios. Esta modalidad permite comprar los productos necesarios, gestionar caducidades y priorizar los alimentos más urgentes en cada momento. Gomis, tras la entrevista con lavozdelsur.es.  REYNA "En las campañas físicas nos solemos cargar de pasta, un alimento barato y muy habitual, pero a veces escasean productos como la leche, que es más versátil, porque sirve para desayunos, meriendas o cenas", dice a modo de ejemplo.Esta modalidad "también reduce gastos logísticos, ya que antes enviábamos nuestras furgonetas a recoger los productos donados, mientras que ahora las grandes superficies entregan los palés directamente desde sus almacenes", apunta Isabel Gomis. "La donación en caja se implantó durante la pandemia, cuando se generó una gran ola de solidaridad, y el Banco de Alimentos sintió un enorme apoyo social e institucional, pero se ha quedado, porque es una fórmula que resulta más cómoda tanto para los usuarios, como para las cadenas de alimentación y los propios Bancos de Alimentos", asegura la presidenta de la entidad gaditana.Además, recuerda que las donaciones en caja tienen beneficios fiscales. "El donante que lo desee, puede enviar el ticket de compra con sus datos fiscales al Banco de Alimentos de su provincia y desgravarse hasta el 80%, si no sobrepasa los 250 euros", explica Gomis. Legumbres almacenadas en el Banco de Alimentos.  REYNA Los voluntarios son fundamentalesEs una campaña, la Gran Recogida, que no sería posible sin la aportación de los voluntarios que cada año se implican y dedican unas horas a explicar cómo se pueden hacer donaciones. "Los voluntarios son indispensables, tanto para informar a los clientes como para fomentar la participación. La diferencia entre los supermercados en los que hay voluntarios y los que no es abismal", señala la presidenta.Sin embargo, reconoce que tras la pandemia cuesta más encontrar voluntarios y fidelizarlos, ya que muchos se desvincularon y no regresaron. "Basta con dedicar dos o tres horas al año para informar en un supermercado, y ese tiempo puede traducirse en que una familia tenga comida", cuenta, para animar a la participación.