Esta noticia es una publicación original de Cinemascomics.comHay historias que parecen venir del pasado, pero que se sienten más vivas que nunca. En el clip que hoy te mostramos en exclusiva de La Princesa Orgullosa, el zapatero del Reino de Medianoche advierte al rey Benjamín —antes de cruzar la frontera hacia sus tierras— que allí cantar está prohibido. Pero enseguida confiesa, con un brillo travieso en los ojos, que él mismo cruza la frontera solo para poder desahogarse y cantar en libertad. Un instante tierno y simbólico que resume el espíritu de esta joya animada checa que se estrena mañana, 7 de noviembre en cines.El cuento checo que vuelve a brillarLa Princesa Orgullosa llega desde la República Checa con el encanto de los cuentos clásicos y la técnica artesanal del teatro de títeres. La película, dirigida por Radek Beran y David Lisý, adapta el célebre relato que Bořivoj Zeman llevó al cine en 1952, pero lo hace con una sensibilidad moderna y una animación que parece pintada a mano. Cada plano respira esa textura cálida que recuerda al cine de stop motion de los setenta, solo que aquí la luz y la música son las verdaderas heroínas.El joven rey Benjamín, enamorado de la altiva princesa Carolina, se disfraza de jardinero para conquistar su corazón. En su viaje aprenderá que la alegría y la autenticidad pueden devolver la vida a un reino dormido por la soberbia. Y ese mensaje —tan actual— se cuela también en este fragmento exclusivo, donde el zapatero canta bajito, casi en secreto, pero con una emoción que traspasa la pantalla.Un estreno que huele a cuento clásicoLa Princesa Orgullosa se ha convertido en un fenómeno entre los festivales infantiles de Europa del Este, y ahora llega a España con el respaldo de una producción que ha reunido a 45 animadores y más de 100 artistas de siete países. Han sido necesarias más de 141.000 horas de trabajo para completar este filme, cuya textura visual mezcla ilustración, marionetas y animación digital de forma casi invisible. El resultado es un universo visual tan rico que parece sacado de un libro de arte.La cinta está especialmente recomendada para la infancia, pero tiene ese toque melancólico que también conecta con los adultos que crecieron con cuentos clásicos. Entre sus temas —la soberbia, el amor verdadero, la luz y el silencio— se esconde una fábula sobre la libertad creativa. ¿Y acaso hay metáfora más poderosa que un reino donde cantar está prohibido?Detrás de los hilos: los directoresRadek Beran, titiritero y director de teatro, y David Lisý, animador con más de veinte años de experiencia en producciones como El mundo de Marnie o El tigre azul, han unido sus talentos en un proyecto que respira amor por el oficio. Ambos comparten una visión clara: hacer una película donde cada gesto, cada textura y cada acorde transmitan verdad.Su trabajo en La Princesa Orgullosa se siente especialmente en los detalles: las luces que se filtran entre los árboles, el movimiento delicado de las flores que abre el rey Benjamín o el modo en que la música se detiene cuando alguien osa cantar en el Reino de Medianoche. Son pequeñas joyas que revelan la pasión de un equipo que ha trabajado durante cinco años en dar forma a este universo.Cuando el arte del títere se encuentra con la animaciónLo más fascinante de La Princesa Orgullosa es cómo funde dos lenguajes tradicionales: la animación y el teatro de marionetas. La película no oculta su alma artesanal; al contrario, la celebra. La textura de las telas, la madera de los escenarios y el trazo visible de los pinceles crean una sensación de cercanía única. Cada plano podría ser una ilustración en movimiento.Esa conexión entre el títere y el cine de animación no es casual. Tanto Beran como Muñoz —en su intervención previa al pase— defendieron la idea de que la animación es el títere del siglo XXI, una evolución natural de la manipulación escénica hacia el lenguaje cinematográfico. Y La Princesa Orgullosa lo demuestra con una sensibilidad que pocas producciones infantiles actuales conservan.Un mensaje de luzBajo su envoltorio de cuento clásico, la historia de Carolina y Benjamín es una metáfora sobre la empatía y el poder del arte frente a la oscuridad. Cuando la princesa, antaño alegre y generosa, se deja arrastrar por el orgullo y la codicia, su reino se hunde en el silencio. Solo cuando vuelve a cantar —literal y simbólicamente— la vida regresa al Reino de la Noche.El clip exclusivo que hoy te mostramos captura ese espíritu: cantar, incluso en secreto, es un acto de resistencia. Y eso convierte a La Princesa Orgullosa en algo más que un cuento infantil: es un homenaje al poder liberador de la música y la imaginación.Estreno en cines el 7 de noviembrePrepárate para descubrir una de las películas de animación europeas más delicadas del año, un viaje visual que combina magia, humor y emoción a partes iguales. La Princesa Orgullosa llega a los cines españoles este jueves 7 de noviembre, y promete conquistar a familias enteras con su mezcla de humor, ternura y encanto artesanal.Porque hay historias que no necesitan grandes efectos ni héroes digitales para brillar. Solo necesitan un zapatero, un rey curioso… y una canción prohibida que todavía resuena en el corazón.Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com