La justicia boliviana ha tomado de inmediato nota de cómo soplan los vientos de cambio después de la victoria electoral de Rodrigo Paz. No es la primera vez que se acomoda a la nueva relación de fuerzas políticas ni será la última. Jeanine Áñez, la expresidenta provisional condenada a 10 años de prisión por su participación en el derrocamiento de Evo Morales, en noviembre de 2019, abandonó la cárcel de La Paz después de cinco años. "Se tuvo que ir el monstruo para que yo pueda volver a la vida", dijo en alusión a un menguante Morales que ha dejado de ser la figura determinan que, asegura, la llevó en 2020 a una unidad penitenciaria. "Jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral que nos llevó a todos los bolivianos a reclamar", dijo sobre aquellos sucesos que la tuvieron como protagonista y que se condensaron en la imagen de Áñez en el balcón del Palacio Quemado, la sede del Ejecutivo, con una biblia en la mano de una de sus acompañantes.Seguir leyendo....