Otrora orgullo y bandera de un Barça multidisciplinar, la sección de baloncesto azulgrana está ya dejada de la mano de Dios. Como si la junta directiva azulgrana hubiera asumido que, en realidad, ya sólo merece la pena resguardar al primer equipo de fútbol masculino, estrangulado como está por las disfunciones del 'fair play' financiero que acaban agujereando el exiguo presupuesto de las secciones. Que el Barça de básquet enhebrara su novena derrota consecutiva frente al Real Madrid la noche del viernes no fue más que la evidencia de que la decrepitud se ha normalizado para todo el mundo, excepto para la sufrida afición del Palau, harta de sus dirigentes. Sin que el técnico Joan Peñarroya sepa qué hacer con lo que le han dejado.Seguir leyendo....