El manual de referencia de los disquetes 3M, del que todavía se puede aprender algo

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Leerse las 45 páginas que componen el Manual de referencia de los disquetes de 3M es toda una experiencia: esa letra Courier monoespaciada, los diagramas y tablas hechos a medida, infinidad de datos y detalles… Las referencias a disquetes entre las 3,5 y 8 pulgadas permiten rememorar la época de los 70s y 80s, alargándose hasta los 90s. Pero es que además incluye detalles técnicos curiosos que no son muy conocidos, así que, quien más, quien menos, puede aprender algo nuevo.Estos disquetes que parecía iban a ser eternos se popularizaron en el formato de 5 1/4" (cinco pulgadas y cuarto, para los milénicos). Curiosamente, los de 8" fueron anteriores; muchos ni los vivimos excepto en trastos antiguos. Los disquetes de 3 1/2" (tres y medio), más pequeños, resistentes y manejables, coincidieron con diversos booms informáticos, desde el de los PCs a Windows, Mac… Suelen utilizarse 1971, 1976 y 1981 como fechas de comercialización de los disquetes en estos tres formatos.Entre las curiosidades que menciona el manual, alguna que puede sorprender:Un «limpiador automático» oculto. Dentro de cada disquete había una capa de tejido no-tejido (como el de ciertas vendas y materiales que no se deshilachan) para limpiar constantemente la superficie magnética al girar, evitando el polvo y los errores de lectura. Era un «sistema de limpieza pasivo» integrado.El orificio de índice. El agujerito que está cerca del círculo central se usaba como índice para alinear el cabezal con los sectores del disco. En algunas unidades especiales, estaban en un ángulo distinto (7°, 12,6°, 225°) para hacerlos compatibles o incompatibles con según qué unidades lectoras. Pegatinas que engordan. Como más de uno experimentó y bien decía este manual, colocar varias etiquetas superpuestas para identificar el contenido del disquete podía hacer que su grosor aumentara hasta impedir que se pudiera insertar en la unidad.Grabar en la otra cara. Este era un secreto a voces: la mayoría de los disquetes eran perfectamente grabables con solo darles la vuelta. ¡Dos por el precio de uno! Los disquetes de doble cara «oficiales» venían ya con las dos muescas laterales de protección de grabación. En los de andar por casa, lo único que había que hacer era recortar esa muesca, con unas tijeras (incluso se inventaron perforadoras a medida) y listo.Por cierto, que esa pestaña que servía como «protección de escritura» la ignoraban algunas unidades, y otras funcionaban «a la inversa». Un poco locura, pero algo fácil de detectar. También se podían comprar en las tiendas pegatinas del tamaño y textura perfecta «para disquetes», simplemente para impedir que la luz del sensor atravesara esa pestaña, aunque cualquier pegatina barata servía.Bolígrafos, clips, gomas… No. Se recomendaba no escribir con bolígrafo sobre la etiqueta porque la presión podría dañar el material magnético. Lo mismo con el uso de clips metálicos o gomas elásticas. De fumar, comer o beber cerca, ni hablar, claro.Cuádruple densidad. Los disquetes con QD (quad-density) estaban certificados para grabar 96 tpi (pistas por pulgada), en vez de las 48 tpi habituales. Se popularizaron sobre todo con los disquetes de 3 1/2" de última generación.Al revés. Las pistas empezaban en el borde exterior (pista 0) e iban contándose hacia el interior, al contrario de algunos formatos modernos.Alguna vez he contado una anécdota disquetera que era muy habitual en la época de los 80s y 90s en el mundillo editorial, cuando las revistas de informática pesaban uno o dos kilos e incluían folletos y disquetes de regalo plastificados: era normal que el peso los aplastara y el disco dejara de girar. En las revistas recibíamos cientos de disquetes devueltos porque «no funcionaban», y había que reenviarlos. Hubo que explicar que el truco para arreglarlo era meter los dedos para forzar un poco el giro y «desatascarlos» manualmente.Creo que hace años que ya no queda ni un disquete en casa, y de hecho tuve que comprar una unidad lectora/grabadora de CD/DVD porque dejé de tener hace tiempo ordenadores que lo incluyeran. Cuando me deshice del DVD que estaba conectado a la TV me di cuenta que ya el único sitio en donde podía poner un CD era, irónicamente… en el coche, que tiene un «tragadiscos» (!)Relacionado:Un archivo visual de todos los ejemplares de la revista ByteUn proyecto para recuperar viejos disquetes: desde los archivos de Stephen Hawking a software de los vetustos Amstrad¡Disquetes!El hombre que se ganaba la vida con los disquetes en pleno siglo XXIWindows 8.1 en disquetes00000000… en disquetes de 8 pulgadasNuevos usos para los disquetesCómo archivar 500 disquetes de Amiga formato 3,5” automáticamenteDetalles tecnológicos que te hacen sentir viejoLa tabla de la muerte de los estándares de entrada/salida# Enlace Permanente