Mazón echa un pulso a Feijóo para controlar su sucesión

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El presidente de la Generalitat se mantiene en el cargo un día más y fuerza al PP nacional a seguir negociando para poder imponer su plan de salida: propone que le sustituya su número dos en el PP valenciano, Juanfran Pérez Llorca, y como cartel electoral para 2027 el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó. Si no, elecciones anticipadasFeijóo encalla en su intento de hacer dimitir a Mazón y aplazan la decisión a este lunes El todavía presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, está echando un verdadero pulso a la dirección nacional del Partido Popular y a su presidente, Alberto Núñez Feijóo. Más que por su dimisión tras las últimas revelaciones sobre su paradero el día de la dana y los abucheos en el funeral por las 237 víctimas, la lucha es por quién será su sustituto en el cargo. Sin embargo, la tensión a estas horas es tan grande que en el PP ya ni siquiera saben si el jefe del Consell dimitirá de sus cargos este lunes o, incluso, si podría atrincherarse sin fijar una fecha para su dimisión. Carlos Mazón quiere tutelar su sucesión, mientras que la dirección de la calle Génova prefiere hacer limpieza e imponer a su candidata, la actual alcaldesa de València, María José Catalá, quien, hasta ahora, siempre se ha negado a asumir las riendas autonómicas y prefiere centrarse en la gestión de la tercera ciudad de España. Feijóo, que todavía no ha puesto sobre la mesa el nombre de Catalá, quiere a Mazón fuera e imponer al sustituto, que debería contar con el visto bueno de Vox. Por su parte, el presidente del PP valenciano quiere que sea su número dos, Juan Francisco Pérez Llorca, quien ocupe su puesto. Mazón amenaza con una convocatoria electoral para enero en la que no sería candidato, pero que situaría al PP en una posición delicada por la posible movilización de la izquierda y el crecimiento de Vox. Feijóo quería una solución este domingo y, tras las infructuosas llamadas telefónicas, deberá esperar a lo largo de este lunes. Siguen las negociaciones “a cara de perro” entre el PP nacional y el PP autonómico. Alberto Núñez Feijóo, que este lunes tiene comité de dirección, prevé hablar a las 12 horas, y en esa rueda de prensa debería poder explicar cuál es la solución al caso Mazón. La idea de Génova es que Carlos Mazón anuncie antes su decisión, pero la realidad es que nadie sabe qué hará. Lo que se daba por hecho este fin de semana —la salida inminente del presidente de la Generalitat— ahora no está nada claro. El jefe del Consell y presidente del PP valenciano quiere marcar los tiempos y diseñar su sucesión. Antes de la intervención de Feijóo —y, quién sabe, quizá de Mazón—, a las nueve de la mañana será interrogada por la jueza de Catarroja la periodista Maribel Vilaplana, quien comió con Mazón la tarde de la DANA y es la única testigo de su actuación hasta las 20 horas del 29 de octubre de 2024. De momento, lo que ha quedado en evidencia este domingo es la impotencia de Feijóo para forzar a Mazón a tomar una decisión que, básicamente, pasa por dimitir y dejar paso. El equipo del presidente de la Generalitat lleva varios días filtrando sus intenciones y amenazando con un adelanto electoral. El Partido Popular valenciano, sin informar a Génova, lanzó el sábado a Vicente Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, como sucesor de Mazón y candidato a las elecciones de 2027, además de líder del PP regional tras la organización de un congreso. A ese supuesto congreso del PP valenciano —aplazado sine die desde julio de este año— se presentaría el expresidente de la Generalitat Francisco Camps. Todo pasa por las manos de Vox Para cualquier votación sobre un nuevo presidente es necesario el apoyo de Vox en las Corts, por lo que el partido ultra deberá ser consultado. En caso de no llegar a un acuerdo, podrían forzarse unas elecciones anticipadas. Carlos Mazón mantiene una línea directa con Santiago Abascal y ha demostrado que, en las negociaciones con el partido ultra, actúa por libre. Solo hay que recordar su pacto de investidura con Vox en julio de 2023, sin el visto bueno de Génova, y que le costó las elecciones generales a Alberto Núñez Feijóo. Posteriormente, y contra el criterio de las demás comunidades autónomas, los ultras aprobaron a Mazón los presupuestos de 2024, cuando Abascal mantenía el veto en otros territorios. También es importante tener en cuenta la presión que ejercen los 160 cargos del Gobierno autonómico, además de los 60 asesores que dependen de Mazón. Todas estas personas, que el día del funeral aplaudieron durante un minuto al jefe del Consell, necesitan que la solución que plantee Mazón sea la elegida. La llegada de María José Catalá o de cualquier otro candidato podría dejarlos de patitas en la calle.