Pocos platos cuentan tantas historias como un buen arroz con caracoles y conejo. Es el sabor del campo, de los domingos largos y de las cocinas que huelen a celebración. Con Arroz Brillante Sabroz , que mantiene el grano entero y suelto, este clásico queda en su punto sin necesidad de ser maestro arrocero. Solo hace falta un buen sofrito, paciencia justa… y ganas de disfrutar. Si quieres acentuar aún más el sabor a campo, puedes sellar antes el conejo con un toque de tomillo o incluso marcarlo a la brasa si tienes ocasión. Y no olvides el reposo final: es ese momento mágico en el que los sabores se asientan y el grano queda perfecto. . 1. Dora el conejo en una paellera con un buen chorro de aceite de oliva. Salpimenta y cocina hasta que tome un color dorado por todos los lados. 2. Añade el ajo y el pimiento, sofríe unos minutos y luego incorpora el tomate rallado, dejando que reduzca y se concentren los sabores. 3. Echa el pimentón y dale un par de vueltas rápidas para que no se queme. 4. Agrega los caracoles ya limpios y escurridos, mezclándolos con el sofrito. 5. Incorpora el Arroz Brillante Sabroz y rehógalo un minuto para que se impregne de los jugos. 6. Vierte el caldo caliente (el doble de cantidad que de arroz, aproximadamente) y añade el azafrán. Remueve solo al principio. 7. Coloca una ramita de romero para aromatizar y cocina a fuego medio hasta que el arroz esté en su punto y el caldo se haya consumido. 8. Retira el romero, deja reposar un par de minutos y… ¡a la mesa! Este plato es una combinación equilibrada de proteínas magras del conejo, carbohidratos del arroz y un aporte singular de los caracoles, que son ligeros y ricos en nutrientes. Junto con las verduras y el aceite de oliva, se convierte en una comida completa y reconfortante, ideal para recuperar energías tras una mañana activa o disfrutar con la familia sin prisas. Para conocer más recetas de Brillante puedes visitar su página web donde ofrecen variedad de opciones.