Hay una vieja frase hecha en el castellano que es "tanta paz lleves como la que dejas", una manera educada de decir adiós... tal y como se entiende esta palabra en idiomas como el francés (adieu), que viene a ser hasta siempre. Algo así se puede decir de Carlos Mazón, alguien nefasto en la incalificable política española.[articles:345245]Mazón se va siendo fiel al personaje que hemos ido conociendo durante este año. No es fácil dimitir sin decir que se dimite (nueve de la mañana), igual que no es fácil decir que uno se va... y a lo que va es directamente a coger una baja médica. En realidad, el expresident (al parecer, firmó, en efecto, como a las tres de la tarde) quiso hacer política en su despedida, aceptando haberse equivocado el día de la dana en no haber suspendido su agenda y no pedir la emergencia nacional, que es correcto, pero es superfluo que insista en algunas partes de su relato que, simplemente, no se sostienen, como que la existencia de los primeros muertos no se conoció hasta la madrugada o el papel que adjudica a la Aemet o la Confederación Hidrográfica del Júcar.En realidad, Mazón, en la hora de dimitir, ha vuelto a ser un hacha de la política. Un año después de la terrible desgracia, va y lo hace justo el día en que su partido debería haber tenido una jornada con todo el viento a favor con el inicio del juicio contra el fiscal general del Estado, García Ortiz. Pues eso. Va él y dimite... no se vaya a llevar el PSOE los titulares, seguro que pensó. En realidad, es el mismo que cuando el PP nacional estaba analizando qué hacer con los pactos autonómicos con Vox, 'cómo vestir al santo', al recibir la llamada de Génova con las instrucciones de la estrategia a seguir, dijo que gracias, que él ya hacía un par de días que había firmado 'su' acuerdo.El pacto para su salida al que ha llegado con Núñez Feijóo es tan de mínimos que no hay sustituto: la alcaldesa de Valencia no quiere, el presidente de dicha Diputación no convence y está Pérez Llorca (hijo... o nieto, estas sagas), que es el que se lleva mejor con Vox, que esa es otra. En realidad, el PP no se atreve a convocar elecciones ahora por temor a llevarse un buen revolcón, pero a lo mejor es la única manera de limpiar todo lo ocurrido con la agrupación de Valencia, medir si el alcance de la 'ola Vox' es tan fuerte, e iniciar, ahora que se ha ido 'tapón Mazón', una escalada sobre el papel desempeñado por el Estado el día de la dana y los posteriores, algo imposible, por falta de credibilidad, con el hasta ahora president en el cargo.