Aún sonaban los ecos de bravura de la extraordinaria corrida de Victoriano del Río del día anterior, con toros de triple Puerta Grande, para escribir una corrida del siglo, pero con una 'a añadida' a aquella de Victorino del 82. Una tarde en la que la épia tarde de Emimlio de Justo, cuya heroicidad se agiganta aún más después de que los estudios radiológicos confirmaran su doble fractura de costillas, las dos figuras y el desplazamiento. Roto el de Torrejoncillo para despertar al natural su quinta gloria, que robó titulares a la divisa madrileña. Pero el cauce del Río de Victoriano es alargado, sin aguas que contaminen su sangre brava. ¡Vaya temporada la suya! De premio. Hablaban y no paraban... Ver Más