La Esperanza inicia la misión al Polígono Sur con el traslado a Santa Ana

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La Esperanza ha iniciado su misión hacia uno de los rincones de mayor pobreza de España con un traslado multitudinario desde la capilla de los Marineros hasta la conocida como Catedral de Triana, la parroquia de Santa Ana, donde pasará la noche antes de partir, a primera hora de la mañana, hacia el Polígono Sur, en una de las salidas más importantes del mundo de las cofradías en los últimos años. Caía la tarde y en la calle Pureza no cabía un alma más . Apenas quedaba espacio para moverse. Todo estaba adornado con flores de papel, anclas, banderolas, mantones, cuadros de la Virgen e incluso iluminación artificial, porque la ocasión lo merecía. Mientras tanto, en la capilla de los Marineros, eran bendecidos los nuevos faldones de las andas. Todo estaba preparado para iniciar la misión. Las andas eran levantadas, miembros de la banda de las Cigarreras comenzaban a tocar, la Esperanza estaba radiante , se postró ante el Cristo de las Tres Caídas para despedirse hasta dentro de unos días, se rezaba el Padre Nuestro Caído, dando paso a la marcha 'Siempre la Esperanza' e iniciar el traslado que llevaría a la Esperanza hasta Santa Ana. Se detuvo en la puerta. Un profundo silencio llenó el ambiente durante unos segundos, hasta que cruzó el dintel de la capilla de los Marineros. Entonces, la música volvió a sonar, y desde los hogares de Triana comenzaron a lanzarse fuegos artificiales. La bulla era de auténtico Viernes Santo, una multitud emocionada en la que todos se volvían para contemplar el inicio de esta misión que se extenderá durante casi un mes, hasta el 1 de noviembre. Incluso los acólitos, contagiados por el fervor, se dejaban llevar por el momento. Desde lo más alto —es decir, desde los balcones— el bullicio era impresionante: la calle Pureza estaba completamente abarrotada de gente. A pesar de ello, se cumplió estrictamente el horario previsto . Minutos antes de las nueve de la noche, se adentraba el párroco, don Eugenio, por una calle también atestada de personas y repleta de adornos. Nadie quería perderse el paso de la Esperanza por las calles que unen la capilla con la parroquia, verdadero epicentro del barrio. Emotivo era ver a esos niños, cogidos en brazos de sus padres, contemplar a la Virgen desde sus casas; o a los mayores, con sus colgaduras, sacando lo mejor de sus hogares porque iba a pasar la Esperanza. Así se vive la fe en Triana. Durante el trayecto sonaron marchas como 'Soleá dame la mano' o 'Ione', de un corte distinto al habitual, lo que convertía el momento en algo verdaderamente extraordinario. Entró la Virgen a las 21.11 minutos de la noche, a los sones de 'Jesús de las Penas'. Se rezó una oración al lado del columbario, con las hermandades de la parroquia. De ahí, ante un templo abarrotado, se interpretó 'Virgen del Valle' y 'Amarguras', para poner los cuatro zancos en el suelo por unas horas. Manuel Soria, el párroco de Santa Ana, dio por concluido el traslado, felicitó públicamente a José Antonio Rodríguez, que venía del Consejo de Cofradías tras ser designado como pregonero de la Semana Santa de Sevilla y se elevó la salve de la Esperanza. Tan solo unas horas habrá descanso porque ya llega la Esperanza al Polígono Sur.