Se han dado cita miles de personas que llevan saliendo a la calle tres días consecutivos. Otros que es la primera vez que han tenido tiempo de hacerlo. Pero todos comparten el “hartazgo” por la situación y exigen el fin del genocidio en Gaza y la liberación de la FlotillaMiles de personas salen a la calle en Barcelona por segundo día consecutivo para exigir la liberación de la Flotilla En el centro de Barcelona no cabe ni un alfiler. El sábado al mediodía, el Passeig de Gràcia entero está a rebosar de gente vestida de negro, tal como pedía la convocatoria. Algunos, con una kufiya en la cabeza y una bandera al hombro. Unos con pancartas y otros con los cánticos listos en la garganta. Son las miles de personas que han acudido, por tercer día consecutivo, a la manifestación convocada en la capital catalana para exigir el fin del genocidio en Gaza y la liberación de la Flotilla. Si la manifestación del jueves, convocada pocas horas después de confirmarse que los más de 200 tripulantes habían sido detenidos por Israel, ya fue multitudinaria, esta la ha superado. Se han dado cita personas que llevan saliendo a la calle tres días seguidos. Otros que es la primera vez que han tenido tiempo de hacerlo. Pero todos comparten el “hartazgo” por la situación. La Guardia Urbana ha cifrado en 70.000 los asistentes, que los organizadores elevan hasta las 300.000 personas. Una gran bandera de más de 20 metros se ha ido desplegando cuando todavía quedaba media hora para el inicio de la convocatoria y mientras se empezaban a escuchar las primeras proclamas que llamaban al boicot a Israel. Magda, una barcelonesa de 53 años observa emocionada. “Es que ya está bien. Me duele Gaza, porque me duele el mundo. Esto es inaceptable, se tiene que acabar ya”, relata. Se refiere al genocidio sobre la población de Gaza, que no confía que acabe con el pacto de Donald Trump, que Hamás acaba de anunciar que acepta, aunque con matices. Mateo, un joven de 35 años es más optimista. “El mundo está mirando y el alto al fuego está al caer”, confía. Aun así, advierte del sesgo “colonialista” que destila el plan de Trump y pide a los gobiernos europeos que “esta vez sí estén a la altura, atentos para que Gaza no se convierta en Afganistán ni en el proyecto inmobiliario de Trump. Ya sabemos qué pasa cuando los Estados Unidos pacifican Oriente Medio”, apunta . Barcelona ha sido la primera ciudad, junto a Sevilla, que ha salido a la calle en una jornada en la que se darán más de 15 movilizaciones alrededor de España, la mayoría de ellas convocadas por la tarde. “El poder y la fuerza popular han obligado a las instituciones a empezar a tomar medidas”, reza el comunicado que han enviado los organizadores catalanes. Pero esas medidas, dicen, son “todavía insuficientes”. Manifestación convocada por más de 600 entidades y sindicatos en apoyo a Palestina y contra el "genocidio" de Israel, este sábado, en Barcelona. “Lo que hacemos importa y funciona, seguiremos movilizadas y exigiendo el fin de todas las relaciones con Israel”, advierten. Este aviso también lo dieron el viernes los estudiantes que, mediante el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans, convocaron una huelga que amenazan con repetir hasta que vuelvan los miembros de la Flotilla y los gobiernos europeos aíslen a Israel. Lo mismo con la manifestación que se celebró esa misma tarde o la acampada que se estableció el jueves en la plaça de la Carbonera, que se mantiene con una cincuentena de personas y unas 20 tiendas de campaña. El plan de Trump es uno de los grandes temas de conversación entre los asistentes a la manifestación, juntamente con la detención de los tripulantes de la Flotilla. “Ojalá haya un alto al fuego, pero Israel no puede quedar impune. Mata, secuestra y detiene a su antojo. No puede ser que los activistas de la Flotilla sigan incomunicados y sin hablar con sus abogados”, se lamenta Najat, una joven que acude a la marcha con su madre y su tía. Todas están “cansadas, horrorizadas y asustadas”. La familia de Najat viene de Marruecos y ella nació ya en Barcelona. Al mirar lo que sucede en el mundo, sufren por los gazatís, pero también por los suyos. “Nos toca muy de cerca. Si hacen eso mientras hay millones de ojos mirando, qué no nos harán a nosotras”, dice Maryam, mientras se recoloca el hijab. “El mundo da miedo. Yo esta mañana tenía miedo. Pero al estar aquí, con toda esta gente que pasa su día libre manifestándose, me siento mejor. Hay esperanza”, le dice Najat a su madre. La jornada del sábado ha empezado con talleres de chapas y pancartas y ha seguido con la manifestación, que ha bajado todo el Passeig de Gràcia y se ha adentrado en el Born para acabar en el Arc de Triomf, donde espera una comida popular y más talleres familiares. Finalmente, la intención es iniciar otra manifestación a las 17h, camino al Carrefour de la Rambla, un establecimiento frente al cual, cada miércoles, se concentran decenas de activistas. Este supermercado se ha convertido en un símbolo del boicot a empresas relacionadas con la ocupación israelí. En su caso, figura en la lista de señaladas por tener un acuerdo de franquicia con compañías israelíes que participan en el asentamiento de colonias en territorio palestino.