La peña flamenca más antigua del mundo se hace universitaria y bendice al trebujenero Juan Tomás de La Molía

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Ahora que la peña flamenca más antigua del mundo, la de El Pozo de las Penas de Los Palacios y Villafranca, va a cumplir tres cuartos de siglo, el festival de este municipio del Bajo Guadalquivir, bautizado con el nombre de su dulcísima Mistela, bautizará a su vez al joven bailaor trebujenero Juan Tomás de La Molía concediéndole su Venencia Flamenca, un galardón que tiene demostrado su poder de profecía.Ya recibieron esta distinción, en sus momentos iniciales, no solo compañeros del baile como Amador Rojas, Patricia Guerrero o Águeda Saavedra, sino también indiscutibles cantaoras de la talla de Argentina, María Terremoto o Rocío Márquez, además de guitarristas hoy consolidados como Manuel Valencia o incluso pianistas de la talla de Antón Cortés.El acto de entrega de la Venencia al joven bailaor de Trebujena tendrá lugar el próximo viernes 10 de octubre, que será cuando arranque la 52ª edición de este festival –de los más antiguos de toda la provincia de Sevilla, aunque no tanto como el Gazpacho de Morón o el Potaje de Utrera-, que incluye en los días siguientes las actuaciones de los Premios Nacionales de Danza Andrés Marín y Ana Morales (11 de octubre) y de la cantaora Rosario La Tremendita y el guitarrista Dani de Morón (17 de octubre), y que concluirá el próximo 18 de octubre con un concierto del pianista lebrijano David Peña Dorantes (con la bailaora Leonor Leal como invitada) con motivo de los 25 años de su célebre disco Orobroy.Joven pero sobradamente preparadoJustamente 25 años tiene Juan Tomás de La Molía, un bailaor cuya fulgurante carrera ha adelantado incluso a la voluntad profética de un festival como el palaciego, siempre tan atento a los nuevos valores. Iniciado en la peña jerezana de Los Cernícalos, el niño Juan protagonizó con tan solo siete añitos portadas a nivel nacional cuando la bailaora Carmen Cortés lo subió al escenario de los Jardines de Sabatini para que recibiera una gran ovación del público.Con nueve años ya compartió cartel precisamente con Dorantes, y con Gerardo Núñez, Javier Barón y Carmen Linares, antes de que su porte y su baile se hicieran conocidos en distintos programas de televisión y que el mismísimo Farruquito lo acogiese como alumno o de que Milagros Mengíbar le impartiese clases en la Fundación Cristina Heeren de Sevilla, donde no tardaría en ganar el primer premio del Concurso de Baile Internacional. En los últimos años, De La Molía no ha cesado de girar por todos los continentes y de ganar todos los concursos a los que se ha presentado: el andaluz de Jóvenes Flamencos de la Federación de Peñas Flamencas de Sevilla, el Flamenco Puro del Festival de Jerez o el Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.El espectáculo que trae a Los Palacios y Villafranca se titula “Bailar para disfrutar” y, bajo la dirección de Manuel Liñán, consistirá en más de una hora de baile por bulerías con el cante de Jesús Corbacho y José El Pechuguita y la guitarra de Jesús Rodríguez.Una peña catedráticaLa peña El Pozo de las Penas nació, a mediados del pasado siglo, sobre el brocal del pozo de verdad de Curro Duque, el padre del actual presidente, Enrique Duque Algarín. Actualmente existe sobrado consenso en que se trata de la peña flamenca más antigua del mundo junto con la de La Platería de Granada.El propio director del Instituto Andaluz de Flamenco, Cristóbal Ortega, ha vuelto a subrayar este verano, cuando se presentó la flamante Cátedra de Flamenco de la Universidad Pablo de Olavide, que “en la peña El Pozo de las Penas surgió precisamente el germen de la Bienal de Flamenco de Sevilla”. No es poca cosa para un abonado territorio flamenco en el que ya sonaba la sonanta de Manuel Carmona padre, soñaba Manolo El Gafas y gestionaba como el profesional que estaba llamado a ser un personaje como Paco Cabrera de la Aurora, amigo entonces de otros puntales de la peña como los inolvidables Miguel Roldán, Rafael González Palacios o Antonio Romerito.Todo ello, además de que por aquí pasaran como Pedro por su casa figuras de la talla de El Lebrijano, Camarón, Fernanda y Bernarda, Juan Talega o la Niña de los Peines, es currículum suficiente para la nueva Cátedra de Flamenco estrenada entre la Universidad Pablo de Olavide y la Junta de Andalucía se haya fijado en Los Palacios y Villafranca como una de sus sedes temporales, la primera para todo el año 2026. Otros municipios adheridos a la Cátedra serán Utrera, Lebrija, Mairena del Alcor, La Puebla de Cazalla, Carmona, Tomares, Alcalá de Guadaíra y Las Cabezas de San Juan.“Nuestra pretensión es que estos municipios potencien sus propias iniciativas flamencas”, anunció hace un par de meses la propia consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo (PP). “Desde Los Palacios y Villafranca vamos a apostar por el protagonismo de nuestra peña, la de El Pozo de las Penas”, ha dicho, por su parte, el alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), “y estamos muy satisfechos de poder impulsar desde aquí no solo el prestigio de llevar el flamenco a la Universidad para demostrar el sentido último de que sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, sino también de promocionar toda la fuerza de los nuevos valores, de la juventud y de la mezcolanza que representa”.El regidor palaciego, que conoce bien a cantaores palaciegos aún vivos de la talla de Juan Carmona El Distinguido y José Sánchez Itoly, está al día de las propuestas de otros artistas del momento como los cantaores Miguel Ortega o Juanelo, las cantaoras Anabel de Vico o Reyes Carrasco o el bailaor Mariano Bernal, entre otros muchos. Y por eso se entusiasma con “lo que puede suponer ser sede de la Cátedra de Flamenco de esta Universidad” durante 2026 y con el concierto de apertura que se está preparando para el mes que viene.Precisamente este verano estuvieron en el Ayuntamiento palaciego la directora artística de la Cátedra, la bailaora Eva Yerbabuena, y el director académico, el profesor Norberto Díaz, aunque todavía está pendiente perfilar un programa de actuaciones para todo el año que viene. “Nos sentimos orgullosos de sumarnos a esta iniciativa para seguir investigando, difundiendo y poniendo en valor el flamenco como parte esencial de nuestra identidad como pueblo”, ha dicho el regidor palaciego, quien ha recordado el compromiso del municipio con el flamenco más allá del festival que comienza esta próxima semana, con el Otoño Flamenco que organiza cada año la propia peña o con las actividades que giran en torno al cante, el toque y el baile en la Feria Agroganadera de cada mes de abril.El proyecto de la Cátedra de Flamenco de la Olavide con estos pueblos busca, en todo caso, “sinergias entre los territorios participantes, promover la profesionalización en el sector, fomentar la investigación académica del flamenco y atraer a nuevos públicos, especialmente jóvenes, contribuyendo así a preservar y proyectar este arte universal”.