Dos disparos muy defectuosos de Vinícius acabaron siendo dos goles, haciendo bueno ese dicho de que lo perfecto es enemigo de lo bueno . En muchas ocasiones, un futbolista, antes de lanzar una falta o un penalti, busca colocar el balón en la mismísima escuadra para luego terminar enviándolo a la grada. Persigue un golpeo tan perfecto en potencia, dirección y precisión que acaba saliendo de la peor manera posible al primer pequeño fallo. Si el infierno está empedrado de buenas intenciones, el cuarto anfiteatro está lleno de balones que parecían grandes lanzamientos instantes antes de chutar a puerta. Y otras veces, simplemente probando, disparando con más fe que ortodoxia, la pelota termina en la red por el camino más... Ver Más