(ZENIT Noticias / Columbus, 29.12.2025).- La Navidad suele llenar las iglesias de luces, cantos y multitudes. Sin embargo, en amplias zonas de Columbus, en el estado de Ohio, el clima que se instaló en las semanas previas a la solemnidad fue muy distinto: temor, ansiedad y silencios forzados. Frente a ese escenario, el obispo diocesano, Earl Fernandes, tomó una decisión poco habitual, de esas que nacen del contacto directo con la realidad: liberar temporalmente de la obligación de asistir a la misa dominical y festiva a quienes teman razonablemente ser detenidos por los operativos migratorios en curso.La medida, vigente hasta el final del tiempo de Navidad —el 11 de enero de 2026, fiesta del Bautismo del Señor—,surgió de un diagnóstico pastoral concreto. En los últimos meses, y de manera más intensa en torno a las celebraciones navideñas, las actividades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se incrementaron en el territorio diocesano. El resultado fue inmediato: comunidades enteras, en especial las de origen latino, comenzaron a vaciar los bancos de las iglesias por miedo a ser identificadas, detenidas o separadas de sus familias.Fernandes, que escuchó de primera mano a los párrocos más expuestos a esta realidad, especialmente en las parroquias hispanohablantes, llegó a la conclusión de que insistir sin matices en la obligación dominical podía terminar dañando aquello que la norma busca proteger: el bien espiritual de los fieles. La legislación de la Iglesia ofrece al obispo diocesano la posibilidad de dispensar de leyes disciplinarias cuando las circunstancias lo aconsejan, y el prelado decidió ejercer esa facultad con claridad y sin ambigüedades.La dispensa alcanza incluso a personas con documentación en regla que, aun así, se sienten vulnerables por su origen étnico o por el clima general de intimidación. No se trata, subraya el decreto, de una renuncia a la vida sacramental ni de una relativización de la Eucaristía, sino de una respuesta excepcional a una situación excepcional. Por eso, junto con la dispensa, el obispo exhortó a los fieles a sostener su vida espiritual mediante otros medios: seguir las misas por transmisión en directo, practicar la comunión espiritual, rezar en familia, contemplar el misterio del pesebre y recurrir a las expresiones tradicionales de la piedad popular.La responsabilidad pastoral, en esta lógica, no recae solo en los fieles. Fernandes pidió explícitamente a sacerdotes y agentes pastorales que extremen la cercanía con quienes no pueden acudir al templo, garantizando el acceso a los sacramentos y a la atención espiritual, especialmente para los enfermos y los más frágiles. La Iglesia, insistió, no puede convertirse en un espacio percibido como inseguro para quienes ya viven en la incertidumbre cotidiana.La decisión no estuvo exenta de críticas. En un país profundamente polarizado, algunos sectores interpretaron la dispensa como una concesión política o incluso como un estímulo al incumplimiento de la ley. El obispo rechazó de plano esa lectura. Reconoció el derecho de los Estados a proteger sus fronteras y valoró el trabajo de las fuerzas de seguridad frente al crimen organizado, el narcotráfico o la trata de personas. Pero, al mismo tiempo, lanzó un llamado a la conciencia colectiva: ni las iglesias ni las escuelas deberían convertirse en escenarios de miedo, y la protección legítima no debería traducirse en la ruptura de familias, especialmente en el tiempo en que los cristianos celebran la paz y la cercanía de Dios.Para muchas comunidades inmigrantes, la dispensa fue vivida como un gesto de alivio y de reconocimiento. No pocos fieles expresaron que, por primera vez en mucho tiempo, se sintieron verdaderamente escuchados. Otros, incluso sin verse directamente afectados, manifestaron su solidaridad y agradecieron que la Iglesia levantara la voz, aunque fuera a riesgo de incomprensión.Paradójicamente, el miedo no logró apagar del todo la vida litúrgica. El mismo día de Navidad, el obispo supo que numerosas personas, pese a la ansiedad y las dudas, decidieron acudir a misa para adorar al Niño recién nacido. Ese testimonio, afirmó, fue una fuente de inspiración personal. Gobernar una diócesis, concluyó, implica tomar decisiones difíciles y aceptar que no siempre serán populares. Pero el ministerio episcopal, recordó, no consiste en evitar el conflicto, sino en ejercer una palabra profética capaz de custodiar la vida, la dignidad y la esperanza de los más vulnerables.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace. The post USA: Obispos dispensa de misa dominical a inmigrantes que teman ser arrestados: ¿qué diócesis es y hasta qué fecha? appeared first on ZENIT - Espanol.