Cada mes de enero, el barcelonismo sufre una especie de brote estacional. Se abren las rebajas, suena el tintinear del mercado de invierno y, de repente, nos preguntamos: ¿A quién fichamos?. La respuesta, este año y el pasado y probablemente el siguiente, es tan simple como incómoda: a nadie. No por convicción estratégica, ni por iluminada superioridad moral. No. No vamos a fichar porque tenemos el 'fair play' financiero en la UCI desde hace años, porque no tenemos un duro, y, además, porque ya somos muchos y buenos.Seguir leyendo....