La escasez de chips de memoria por la IA amenaza con encarecer los móviles en 2026

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Durante años, cuando hablábamos de chips pensábamos en procesadores y en quién tenía “el más rápido”. Ahora el cuello de botella está en otra pieza menos glamurosa pero igual de decisiva: la memoria. Y cuando esa pieza se encarece, el golpe llega a algo tan cotidiano como el precio de tu próximo smartphone.Según un análisis de Counterpoint Research recogido por CNBC, la presión de la IA sobre la cadena de suministro está provocando una escasez de chips de memoria que podría traducirse en una subida apreciable del precio medio de los smartphones en 2026 y en una bajada de los envíos globales. La idea es sencilla: si el ingrediente clave se vuelve más caro y cuesta más conseguirlo, el producto final se encarece o se recorta en otros componentes para cuadrar las cuentas.Por qué la memoria se ha convertido en el “pan” de la recetaImagina una panadería que de pronto recibe pedidos masivos de hogazas para un gran evento. La harina, que antes se repartía con normalidad, empieza a escasear. El pan no deja de hacerse, pero el precio sube y algunos negocios pequeños se quedan sin suministro o tienen que cambiar la receta. En esta historia, la “harina” es la DRAM (dynamic random-access memory) y el gran evento son los centros de datos de IA.La DRAM es crucial para mover datos con rapidez. En un data center orientado a IA, la necesidad de memoria se dispara: entrenar y ejecutar modelos exige manejar enormes volúmenes de información en paralelo, y eso convierte a la memoria en un recurso estratégico. El efecto dominó llega a la electrónica de consumo porque los smartphones también dependen de esa misma familia de componentes para funcionar con soltura en multitarea, fotografía computacional o funciones locales de IA.La cadena de suministro: cuando los centros de datos se comen el menúEl informe cita un factor clave: el despliegue continuo de centros de datos está elevando la demanda de sistemas vinculados a Nvidia, que a su vez incorporan componentes de SK Hynix y Samsung, dos gigantes en el suministro de memoria. Cuando una parte del mercado compra a gran escala y con urgencia, absorbe capacidad productiva y prioriza contratos, algo que deja al resto del ecosistema con menos margen.No es que los smartphones “desaparezcan” del mapa, pero compiten por el mismo componente que ahora es más rentable vender al mundo de la IA. Es como si los taxis de una ciudad, de repente, tuvieran un contrato fijo con un macroevento: siguen existiendo taxis, pero conseguir uno a ciertas horas es más difícil y más caro.Qué cifras se manejan para 2026Counterpoint eleva su previsión de subida del precio medio de los smartphones: de un 3,6% esperado inicialmente a un 6,9% interanual en 2026. Ese ajuste no surge de la nada: responde a “bottlenecks” y escasez en la cadena de suministro que empujan al alza los costes de componentes, especialmente en memoria.La otra cara de la moneda es el volumen. La firma también ajusta su pronóstico de envíos: en lugar de una evolución plana o ligeramente positiva, estima una caída del 2,1% en 2026. Aquí conviene matizar algo importante: “envíos” no es exactamente lo mismo que “ventas”, pero sí es un termómetro del pulso del mercado, porque mide cuántos dispositivos se mandan a los canales de distribución, como tiendas y operadores.El golpe es desigual: duele más en la gama bajaCuando una industria se encarece, no todos los jugadores lo absorben igual. En los móviles pasa algo parecido a lo que ocurre en el supermercado: una subida del precio de un ingrediente afecta más a quien vende barato con márgenes finos.Counterpoint estima que, en los smartphones de menos de 200 dólares, el coste de materiales (la famosa BoM, bill of materials) ha subido entre un 20% y un 30% desde principios de año. En la gama media y alta, el incremento sería más contenido, entre un 10% y un 15%. Esto puede parecer contraintuitivo, pero tiene lógica: en un móvil barato, un aumento del coste de memoria pesa mucho más sobre el total y hay menos margen para “tragar” sin tocar el precio final.Si la memoria sigue subiendo, la tijera apareceLa proyección que más inquieta a corto plazo es la que apunta a una posible subida adicional de los precios de la memoria de hasta un 40% hasta el segundo trimestre de 2026. Si se cumple, Counterpoint sugiere que el coste de materiales podría aumentar entre un 8% y más de un 15% por encima de los niveles ya elevados.En ese escenario, las marcas tienen tres caminos, y ninguno es perfecto. El primero es trasladar parte del incremento al consumidor, lo que alimenta la subida del precio medio. El segundo es proteger precio recortando especificaciones, algo así como mantener el tamaño del bocadillo pero poner menos relleno. El tercero es intentar empujar al comprador hacia modelos más caros, con la narrativa de “mejor experiencia”, para mejorar márgenes.Apple y Samsung, con más paraguas; el resto, con más vientoEn el análisis citado por CNBC, el director de investigación de Counterpoint, MS Hwang, señala que Apple y Samsung estarían mejor posicionadas para atravesar los próximos trimestres. La razón, sin necesidad de entrar en secretos industriales, suele ser una combinación de poder de compra, acuerdos de suministro, capacidad de gestión de inventario y márgenes más cómodos.Donde se espera más tensión es en fabricantes con menos “wiggle room”, especialmente en el ecosistema de marcas chinas que compiten fuerte en el tramo medio-bajo. Si vives de vender mucho y ajustar precios al milímetro, cualquier encarecimiento del componente clave te obliga a elegir entre ganar menos o arriesgar cuota.Qué puede cambiar en los móviles que veremos en tiendaSi el coste aprieta, lo más probable es que algunas decisiones de diseño se vuelvan más conservadoras. Counterpoint apunta a posibles degradaciones o ajustes en componentes como módulos de cámara, pantallas o incluso audio, además de la reutilización de piezas anteriores. Traducido a la vida real: quizá veamos menos saltos generacionales en ciertos rangos de precio, o modelos “nuevos” que se sienten muy parecidos al del año pasado, con un par de cambios llamativos y otros recortes discretos.Para el comprador, esto puede resultar confuso. Un móvil puede subir de precio sin que sus mejoras sean evidentes a simple vista. Es el tipo de situación en la que compensa mirar con lupa el almacenamiento, la RAM, la calidad de pantalla y el soporte de actualizaciones, porque ahí es donde se nota si el fabricante ha mantenido la receta o ha tenido que improvisar.Cómo te afecta si piensas cambiar de móvil en 2026Si estás pensando en renovar, el mensaje práctico es que 2026 podría ser un año con menos “chollos” y más diferencias entre marcas. En gamas económicas, una subida moderada de precio puede ser más probable que una mejora sustancial de prestaciones. En gamas altas, las subidas pueden camuflarse mejor entre servicios, ecosistema y financiación, pero el promedio del mercado se encarece igual.También hay un efecto psicológico: cuando el precio medio sube, los fabricantes tienden a reforzar el discurso de valor en los modelos caros, con incentivos, promociones o características de IA como argumento. No significa que sea mala compra, pero sí que el mercado empuja en esa dirección.La noticia La escasez de chips de memoria por la IA amenaza con encarecer los móviles en 2026 fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.