Si estás buscando opciones de desayunos saludables para perder peso pero el huevo no es lo tuyo (ya sea por alergias, aburrimiento o simplemente porque no te apetece), estás en el lugar adecuado. Te traemos seis propuestas deliciosas y repletas de proteínas que te ayudarán a empezar el día con energía sin salirte de tus objetivos. Todas estas recetas tienen algo en común: son ricas en proteínas y fibra, dos nutrientes esenciales cuando quieres perder peso. Las proteínas aumentan la sensación de saciedad y ayudan a mantener la masa muscular durante el adelgazamiento. La fibra, por su parte, regula el tránsito intestinal y también contribuye a que te sientas lleno durante más tiempo. Además, estos desayunos incluyen carbohidratos complejos de absorción lenta (como la avena) que te proporcionan energía sostenida sin provocar picos de azúcar en sangre. Y lo mejor: son fáciles de preparar, deliciosos y variados, para que no te aburras nunca de desayunar sano. ¿Con cuál de estos seis desayunos te apetece empezar mañana? ¡Vamos allá! El queso batido se ha convertido en uno de los alimentos estrella para quienes buscan perder peso, y no es casualidad. Con apenas calorías y muy pocos hidratos de carbono, este lácteo te aporta 11,5 gramos de proteína por cada 100 gramos. Para preparar este bowl sólo necesitas mezclar 100 gramos de queso batido con medio aguacate troceado, un plátano, dos cucharadas de copos de avena y una pizca de canela. Puedes añadir edulcorante al gusto si te gusta más dulce. Lo ideal es que todos los ingredientes estén fríos para disfrutar al máximo de esta combinación. Si quieres darle un toque crujiente extra, añade unas nueces troceadas por encima. También puedes variar los ingredientes y preparar versiones diferentes con frutos rojos o distintos tipos de frutos secos. Es un desayuno versátil que no te aburrirá. Ver receta completa El açai bowl es ese desayuno de Instagram que además de bonito es supersaludable. Esta baya sudamericana, con un sabor ligeramente ácido similar al arándano, es considerada un superalimento por su poder antioxidante y su contenido en vitaminas A, B, C y E. Además, te aportará 10 gramos de proteína por ración. Para prepararlo, necesitas dos bolsitas de açai congelado, una taza de frutos rojos, un plátano, 150 mililitros de leche de almendra y tus toppings favoritos. Bate todos los ingredientes (que deben estar congelados) hasta conseguir un smoothie espeso y sírvelo en un bol. Decora con frutas frescas, frutos secos, semillas de amapola o virutas de cacao negro. Lo bueno de este desayuno es que es muy saciante, lo que te ayudará a evitar picoteos entre horas. Además, puedes jugar con diferentes combinaciones de frutas y toppings para no cansarte nunca. Ver receta completa ¿No te apetece ensuciar la cocina por las mañanas? Los overnight oats son tu solución. Preparas este desayuno la noche anterior y por la mañana sólo tienes que abrir la nevera y disfrutar. Mezcla en un frasco 40 gramos de copos de avena, una cucharadita de semillas de chía, otra de cacao puro en polvo y medio plátano machacado. Añade 250 mililitros de bebida vegetal y media cucharadita de esencia de vainilla. Coloca el otro medio plátano en rodajas por encima, cierra el frasco y déjalo en la nevera toda la noche. Por la mañana, decora con frutos secos y virutas de chocolate al 70%. Esta receta te aporta 9 gramos de proteína y la fibra de la avena y las semillas de chía favorecen una buena digestión. Puedes preparar varios frascos de una vez y tener el desayuno listo para varios días. Ver receta completa Si te gustan los batidos, esta opción te va a encantar. Las moras son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Y combinadas con queso fresco consigues un desayuno cremoso y muy nutritivo. Necesitas 500 gramos de moras congeladas, 300 mililitros de leche, 150 de nata líquida, 100 gramos de queso fresco, 50 gramos de leche condensada y 75 de azúcar. Tritura las moras descongeladas, el azúcar y la leche hasta que quede fino. Añade la nata y vuelve a triturar. Por separado, bate el queso fresco con la leche condensada hasta que tenga una textura untuosa. Sirve el batido de moras en una copa y añade la mezcla de queso a hilo mientras remueves, creando espirales blancas dentro del batido. Decora con hojas de menta fresca y tendrás un desayuno tan bonito como delicioso. Ver receta completa Esta opción es perfecta si buscas algo rápido, crujiente y energético. La avena remojada durante la noche se vuelve más digestiva, y al combinarla con trigo inflado, arroz inflado y nueces, consigues una textura fantástica. La noche anterior, lava una taza de copos de avena y déjala en remojo con agua. Por la mañana, añade una taza de trigo inflado y tostado, otra de arroz inflado, pasas picadas, una manzana troceada y nueces. Riega todo con zumo de naranja y disfruta. Si prefieres, puedes sustituir el zumo por yogur natural o añadir otras frutas de temporada. La manzana y los cereales te aportarán una buena dosis de fibra que mejorará tu tránsito intestinal y te mantendrá saciado durante horas. Ver receta completa El porridge es el desayuno británico por excelencia y uno de los más completos nutricionalmente. Con sólo tres ingredientes básicos (leche, copos de avena y frutos rojos) conseguirás un desayuno que te aportará 14 gramos de proteína procedentes de la avena. Pon en un cazo 500 mililitros de leche con 100 gramos de copos de avena a fuego suave durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando hasta conseguir la textura deseada. Deja enfriar ligeramente y añade los frutos rojos que más te gusten: fresas, frambuesas, arándanos o moras. Si quieres darle un toque especial, añade una ramita de canela mientras se cocina o espolvorea canela en polvo al servirlo. Los copos de avena son un cereal de grano entero con carbohidratos de absorción lenta que te darán energía duradera sin picos de glucosa. Ver receta completa