Las agresiones contra mujeres en la fila del autobús en Burundi: “De repente, sientes que alguien se frota los genitales contra ti”

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“Hacer cola en la estación de autobús se ha convertido en una pesadilla. Cuando se acerca la hora de volver a casa, me invaden las náuseas porque ya sé que voy a sufrir acoso sexual”, explica Alice Muhorakeye, una treintañera que trabaja en el centro de Buyumbura, capital económica de Burundi, y vive en Mutakura, un barrio situado en el norte de la ciudad, a seis kilómetros de distancia. No es un testimonio aislado. En este país africano, aumentan la indignación y las denuncias de agresiones sexuales sufridas por las mujeres en su vida diaria. Pero muchas soportan los abusos en silencio, condicionadas por la sociedad y por una ley que no las protege. Algunas ni siquiera son conscientes de que esas vejaciones son un delito punible. Seguir leyendo